El endurecimiento de la política fronteriza de los Estados Unidos al parecer no es nueva y menos una obsesa idea de Donald Trump.
De acuerdo a un informe recientemente publicado por Instituto Transnacional (TNI), las empresas de seguridad y fabricantes de armas son las que han creado todo el guión que interesadamente a construido la imagen del inmigrante como un enemigo de la patria.
Todd Miller y Nick Buxton del TNI, en colaboración con No More Deaths, una organización de ayuda humanitaria que busca poner fin a la muerte y el sufrimiento en las tierras fronterizas entre Estados Unidos y México, escribieron un reporte que se divulgó el pasado lunes denominado More Than A Wall.
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El informe examina el papel de las mayores empresas de armas del mundo, así como de otras empresas de seguridad y de TI, en la formación y el aprovechamiento de la militarización de las fronteras de Estados Unidos.

A través de sus contribuciones a las campañas, el cabildeo, el compromiso constante con los funcionarios del gobierno y la puerta giratoria entre la industria y el gobierno, estas corporaciones de seguridad fronteriza y sus aliados del gobierno han formado un poderoso complejo industrial fronterizo que es un impedimento importante a una respuesta humana a la migración.
Los involucrados
El informe argumenta que firmas de seguridad y fabricantes de armas como General Dynamics, Northrop Grumman, Lockheed Martin, Raytheon y Boeing, entre otras, han diseñado la política fronteriza en las últimas tres décadas y son los responsables de la actual coyuntura.
De acuerdo a Nick Buxton “ellos juegan un papel fundamental en la militarización fronteriza de la que se han beneficiado con miles de millones de dólares en contratos”.
“El debate sobre Trump y la frontera ha distorsionado la realidad, porque ignora que ya hay un muro altamente militarizado apoyado por los republicanos y los demócratas durante tres décadas”, dijo.
La investigación apunta a que en los últimos 15 años el presupuesto destinado a seguridad fronteriza y control migratorio en EE.UU. pasó de 9.100 millones en 2003 a 23.700 millones en 2018.
Ello, resaltó Buxton, genera “enormes ganancias a estas corporaciones mientras crean un ambiente cada vez más mortal para los inmigrantes que cruzan las fronteras”.
Un gran salto
El aumento es mayor si se compara con el presupuesto de 1990, cuando la inversión fue de 1.200 millones de dólares, lo que equivale a un “increíble aumento del 1.875 %”, apunta el informe.
Más de una docena de grandes compañías del negocio de seguridad fueron identificadas como los beneficiarios, pero “con demasiada frecuencia, estos vínculos muy lucrativos se ocultan a la vista del público y, por lo tanto, se borran de la conversación pública” apuntó Todd Miller, autor del reporte.

“Debe suceder exactamente lo contrario: el hecho de que las corporaciones gigantes se beneficien y conduzcan a la militarización fronteriza debe ser el centro de una de las discusiones más importantes que tienen lugar en los Estados Unidos en este momento.” agregó el investigador.
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Buxton recalca que aunque Trump “ha traído su propia influencia tóxica al debate, demonizando a los emigrantes e inspirando ataques racistas, la evidencia muestra que la mayor parte de la militarización de la frontera de EE.UU. ocurrió mucho antes de la llegada” del mandatario neoyorquino.
El reporte resalta las grandes contribuciones que realizan estas corporaciones a las campañas de congresistas, tanto republicanos como demócratas.