Gustavo Rízquez/El Sol Latino.- Con el ulular que simuló la estampida de más de un millón de perros salvajes, el huracán Michael con vientos de 250Kmh sembró la devastación al sur de Florida, donde dejó una persona fallecida. También tras cruzar los límites de Georgia hizo lo mismo con una niña que fue azotada contra los escombros de su casa y reportes de última hora señalan que la cifra de decesos llega a cinco.
La catastrófica energía eólica del que se considera es el tercer ciclón más despiadado que ha tocado área peninsular alguna de los Estados Unidos, de acuerdo al Centro Nacional de Huracanes sigue su curso rumbo a las Carolinas donde lo aguardan a sabiendas que arribará debilitado.
El director del NHC, Ken Graham, alertó que debido a la naturaleza “absolutamente abrumadora” del ciclón, Michael todavía es una amenaza en las Carolinas, donde se podrían registrar inundaciones en una zona con el suelo todavía saturado por las enormes precipitaciones dejadas por Florence hace unas semanas.
Michael se convirtió en el “lobo feroz” que “sopló y sopló” aterrorizando a grandes y niños, para echar al piso incontables inmuebles residenciales y comerciales desde de México Beach hasta Panamá City y se cree que “ciudades enteras han sido borradas de la costa”.
Reportes ofrecidos a primeras horas indicaban que más de 700 mil casas y negocios estaban sin electricidad en Florida, Alabama y Georgia. Miles de personas se protegieron en refugios durante la noche tras huir de sus casas ante el rápido avance de la tormenta.
Brock Long, director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), reconoció que Mexico Beach se había llevado la “peor parte” y que su atención se centrada en evitar que el saldo de víctimas mortales suba de las dos conocidas hasta el momento, un hombre en Florida y una niña de 11 años en Georgia.
Horas antes de esta brutal envestida el gobernador de Florida, Rick Scott, había solicitado al presidente Donald Trump una declaración de desastre mayor con el fin de agilizar recursos y asistencia del Gobierno federal para los afectados por el huracán Michael.
El lunes pasado las autoridades meteorológicas advirtieron la formación de una depresión tropical que fue catalogada como la número 14, se movía al oeste del Atlántico, en el llamado “criadero de huracanes”.
El 8 de octubre cuando la depresión tropical pasa a la categoría de tormenta y el Centro Nacional de Huracanes lo bautiza con el nombre de Michael, las cosas no pintaban bien porque el ángulo de entrada desde México, los subsistemas a su paso y la trayectoria, ofrecieron a los pronosticadores datos para asegurar que Florida estaba por enfrentar un huracán de serias magnitudes.
Tal fue el caso que el mismo día, el martes pasado, el gobernador Rick Scott solicitó la declaración de emergencia previa a la llegada de Michael para 14 condados floridanos.
El miércoles, el ojo de Michael ingresó a tierra firme cerca de Mexico Beach, un poblado a unos 32 Km al sureste de Panama City, cerca de las 17:00 GMT como un huracán de categoría 4 en el máximo de 5 en la escala Saffir-Simpson y con vientos de 250 kilómetros por hora.
Scott dijo que se esperaba que el huracán Michael fuera el más destructivo que azotara el ‘Panhandle’ de Florida en un siglo. “A lo largo de nuestra costa, las comunidades verán una devastación inimaginable”.