Los sindicatos brasileños mantuvieron la convocatoria a una huelga general con protestas en todo el país este viernes contra la reforma de las jubilaciones propuesta por el presidente Jair Bolsonaro, aunque el proyecto que llegó al Congreso tuvo reformas en los artículos más polémicos.
La huelga general convocada por los sindicatos tuvo un apoyo parcial en las primeras horas de este viernes en diversas capitales del país. Decenas de ciudades registraron protestas y paralizaciones en servicios públicos, pero la huelga no obtuvo la adhesión esperada a primera hora de la mañana y los trastornos fueron puntuales.
Sao Paulo amaneció en un clima de cierta normalidad, ya que el sistema de transporte, considerado fundamental por los sindicatos para el éxito de la huelga, no llegó a parar por completo en la ciudad más poblada del país. El metro y el servicio de autobús funcionaban a medias en la capital paulista, mientras que el tren no había sufrido trastornos.
La situación era similar en otras ciudades del país, como Río de Janeiro, donde manifestaciones puntuales bloquearon algunos tramos de carreteras e intensificaron el tráfico en la capital fluminense, reseña la agencia EFE.
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Los sindicatos llamaron al paro para expresar su rechazo a la reforma del sistema de pensiones y jubilaciones propuesta por el Gobierno y con la que busca ahorrar 265.000 millones de dólares en una década a los cofres públicos.
El presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT), Vagner Freitas, indicó a través de su servicio de prensa que las modificaciones hechas al proyecto de ley “no cambian nada”, según reseña la agencia AFP.
“La CUT no concuerda con la narrativa de que las jubilaciones sean el principal problema económico de Brasil. El problema de Brasil es que no hay un proyecto de política económica. La expectativa es de una gran huelga”, indicó.
En las primeras horas de la mañana, el diario Folha de S. Paulo señaló que la huelga general afecta al transporte en San Pablo y que hubo protestas e interrupción del servicio durante la madrugada.
Las principales centrales sindicales (CUT, UGT y Força Sindical), así como gremios de estudiantes y profesores prevén paros y marchas en más de cien ciudades de por lo menos 24 de los 27 estados del país.
Grandes sectores industriales se sumaron a la huelga pero falta por ver cuál será el grado de adhesión de los transportistas a lo largo del día, después que la justicia determinara la obligatoriedad del servicio en San Pablo, capital económica de Brasil.
La huelga general se lleva a cabo después de dos grandes manifestaciones de estudiantes y profesores, el 15 y el 30 de mayo, contra los bloqueos presupuestarios en la educación.
El paro se produce en el primer día de la Copa América, que se inaugurará por la noche con el partido Brasil-Bolivia en el estadio paulista de Morumbí.
Las reformas al proyecto
La reforma de las jubilaciones es una promesa con la que el presidente Jair Bolsonaro ganó el apoyo de los mercados durante su campaña electoral. El ministro de Economía, Paulo Guedes, la define como la llave maestra para reducir el déficit público.
El proyecto inicial contemplaba un ahorro de casi 1,2 billones de reales en 10 años (más de 300.000 millones de dólares al cambio actual).
Pero las medidas para conseguirlo son impopulares y generan resistencia entre los legisladores, que deben aprobarlo por una mayoría de tres quintos para que entre en vigor.
A fin de ablandar esas resistencias, el relator del proyecto retiró algunos de sus puntos más polémicos, como el que preveía transformar el régimen actual, de reparto, en una jubilación por capitalización individual.
También dejó fuera del proyecto medidas que afectaban las pensiones para ancianos discapacitados indigentes y a los trabajadores rurales que gozan de beneficios aunque no hayan cotizado.
Para la oposición al Presidente, esas modificaciones fueron resultado de la presión social. “Hemos conseguido proteger a los beneficiarios (de las pensiones para discapacitados), proteger a los trabajadores rurales. Es una gran victoria de la oposición contra la jubilación por capitalización”, declaró durante los debates del jueves el diputado Alessandro Molon, del Partido Socialista (PSB).