Estar en el ranking nacional como la segunda ciudad, después de Chicago, en el creciente número de homicidios, no es un orgullo para Filadelfia, además es un terror para las familias que han sido víctimas de la violencia armada y para los residentes que viven a diario el temor de quedar en medio de un fuego cruzado.
En la ciudad del Amor Fraternal las balas andan de su cuenta y entran en los cuerpos de niños y personas que nada tienen que ver con los pleitos que derivan en tiroteos y hacen ganar mala reputación a la más grande metrópoli de Pensilvania.
Sin embargo el mal influjo que da una reputación de violencia no es reciente. Mucho menos las balaceras son un fenómeno caído del cielo. Filadelfia viene de manera sostenida mostrando un rostro despiadado, a medida que las armas ilegales inundan “el mercado”.
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Cualquier idea que pueda ayudar a sacar de circulación las armas de fuego ilegales debe ser acogida, incluida la manida estrategia de pedir a los residentes que entreguen de forma anónima las armas de fuego ilegales que encuentren en sus viviendas.
Entreguen las armas
De acuerdo a una nota firmada por la Associated Press y reproducida por toda la prensa local, el programa Home Gun Check ha sido reactivado. Los funcionarios de Filadelfia piden a los residentes que entreguen las armas no deseadas.
A medida que el número de tiroteos y homicidios por disparos continúa aumentando en toda Filadelfia, los líderes de la ciudad y la policía piden a la gente que busque armas en sus casas y las entregue de forma anónima.
Esas armas en la mayoría de los casos son entregadas por madres, padres, abuelos o hermanos consientes que saben el lugar donde alguno de sus parientes que se han transformado en “malas semillas” ocultan sus “herramientas de trabajo”.
Sin embargo la entrega de las armas no abre un espacio directo a la paz, al menos en los hogares de donde desaparecen las pistolas ilegales se crean dramas que muchas veces son inmanejables y terminan creando una espiral de violencia que devuelve con mal a quien por bien actúa.
Es necesario que las autoridades busquen la forma de proteger a las personas y el entorno familiar de los que entregan armas ilegales a la policía. Es necesario que se les de alguna garantía a su integridad. No en balde cada día son menos las armas que se recuperan a través de este tipo de programas que trasladan el problema de la violencia al seno del hogar de los delincuentes.
Nuevamente anunciado
Los miembros del consejo de la ciudad junto con la policía anunciaron el jueves que dos lugares aceptarán armas el sábado como parte de la continuación del programa Home Gun Check de la ciudad. Los residentes entregaron lo que los funcionarios de la ciudad dicen que fueron docenas de armas cuando el programa tuvo su inicio en diciembre.
En medio de la creciente ola de violencia armada, los funcionarios de la ciudad esperan que los residentes registren sus casas y entreguen anónimamente las armas que encuentren o no en dos lugares de la iglesia el sábado. Las armas serán recogidas por la policía.
El ayuntamiento celebró una audiencia de emergencia de dos días sobre la violencia con armas de fuego esta semana, ya que el número de tiroteos registrados este año se ha disparado a más de 1.100 y los homicidios han aumentado a 260. Ambos han aumentado alrededor de un 30% con respecto al año pasado, según las estadísticas del departamento de policía.
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El enfoque renovado también viene después de varios fines de semana de múltiples tiroteos, incluyendo la muerte a tiros de Zamir Jones, de 7 años, quien fue alcanzado por una bala perdida mientras jugaba en su porche y luego murió en el hospital.
Durante esa audiencia, la comisionada de la policía de Filadelfia, Danielle Outlaw, que se hizo cargo del departamento a principios de este año, dijo que a pesar de la pandemia los oficiales siguen confiscando un promedio de alrededor de 77 armas de fuego por semana. Eso es ligeramente inferior a las 80 armas por semana que se confiscaron el año pasado. Outlaw dijo que la ciudad es la segunda, después de Chicago, en el creciente número de homicidios.