Fue el 8 de julio de 2020 cuando oficialmente se declaró la muerte de la actriz de sangre puertorriqueña, Naya Rivera. La exprotagonista de Glee, murió ahogada mientras navegaba con su pequeño hijo, Josey.
La expareja de la actriz y padre del niño, Ryan Dorsey compartió un nuevo detalle de aquel día en una entrevista exclusiva a la revista People.
El actor de 41 años habló por primera vez del accidente. Aseguró que Josey, el hijo de ambos que actualmente tiene 9 años, aún se siente culpable de no haber podido salvar a su madre cuando la vio ahogarse mientras navegaban un bote alquilado en el lago Piru, en el condado de Ventura.
«Algo que él ha repetido una y otra vez es que él estaba buscando una balsa de rescate y que había una cuerda», explicó el actor. «Pero en la cuerda había una araña grande y él se sintió muy asustado como para arrojarla. Yo le sigo insistiendo: ‘Hijo, esa cuerda no iba a ser lo suficientemente larga [para alcanzarla]’», para el momento del accidente, el niño solo tenía 4 años.
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Ellos estaban nadando, pero el viento se llevaba su bote. Naya le indicó a su hijo que nadara de regreso, pues notó que no estaba equipado con ancla ni dispositivos de flotación. El niño recuerda que agarró “los tanques” del bote estilo pontoon, y se puso subir a éste “rodeándolo”, según explicó Dorsey. “[Josey] dice que lo último que ella dijo fue su nombre (…) Luego se hundió y no volvió a verla. Me estremece el que él haya tenido que atestiguar sus últimos momentos [de vida]”.
El pequeño fue encontrado solo y dormido y solo en el bote a la deriva que Rivera había alquilado tres horas antes ese día. “Si hubiéramos perdido a Naya y a Josey, no sé cómo habría seguido con mi vida”, indicó Dorsey. “No sé qué habría hecho, pero estoy seguro de que no habría sido nada bueno”, aseguró.
Después de cinco días de búsqueda, el cuerpo de Rivera fue encontrado en una parte remota del lago.
El actor regresó a su estado natal, Virginia Occidental, junto a su hijo. “Armamos un libro de recuerdos de Naya para Josey que siempre está junto a su cama, y durante las vacaciones lloraba mirándolo”, contó. “En esos momentos, solo puedo darle un abrazo y decirle: ‘Lo sé, la vida no es justa. Suceden cosas malas e inexplicables, pero solo tienes que hacer lo mejor que puedas para ser una buena persona’”.