Eileen Higgins asumió el pasado 18 de diciembre como la cuadragésima cuarta alcaldesa de la ciudad de Miami, marcando un hito político al poner fin a una racha de 24 años sin que un candidato demócrata ganara la jefatura del Gobierno municipal. Su llegada al cargo también representa un cambio histórico en términos de representación, al convertirse en la primera mujer y la primera persona no hispana en dirigir la ciudad.
La ceremonia de toma de posesión se celebró en el Wolfson Campus del Miami-Dade College, tras su victoria electoral del 9 de diciembre. El acto tuvo lugar apenas horas después de la juramentación del nuevo comisionado del Distrito 3, Rolando Escalona, en una jornada que evidenció el inicio de una nueva etapa política para la ciudad.
Nacida en Ohio y con 61 años de edad, Higgins obtuvo cerca del 60% de los votos frente al republicano Emilio González, quien contó con el respaldo del presidente Donald Trump, y del gobernador de Florida, Ron DeSantis. Aunque las elecciones municipales en Miami son oficialmente no partidistas, el resultado fue interpretado como un triunfo significativo para el Partido Demócrata en un bastión que no conquistaba desde 2001, cuando Manny Díaz asumió la Alcaldía.
En su primer discurso como alcaldesa, Higgins destacó la necesidad de recuperar la confianza ciudadana en las instituciones. “Ustedes eligieron la confianza por encima de la corrupción, el rumbo por encima de la distracción y el servicio público por encima del estancamiento político”, afirmó ante autoridades locales, líderes comunitarios y ciudadanos.
Plan de gobierno
La nueva mandataria llega al cargo con una plataforma centrada en problemas estructurales que afectan a Miami. Entre ellos, identifica como principal desafío la crisis de asequibilidad, especialmente en materia de vivienda. Según ha señalado, los retrasos en los permisos de construcción encarecen los proyectos hasta en un 40%, por lo que propone agilizar los procesos administrativos para reducir costos y facilitar el desarrollo urbano.
En materia de movilidad, Higgins plantea la expansión de las rutas de trolleys y una mejor conexión entre vecindarios, con el objetivo de aliviar el tráfico y mejorar el acceso al transporte público. Asimismo, ha expresado una postura firme en defensa de la Bahía de Biscayne, a la que considera un activo ambiental y económico clave para la ciudad.
El tema migratorio ocupa un lugar central en su agenda. En una ciudad donde alrededor del 70% de los residentes son hispanos, la alcaldesa ha criticado las políticas de deportación y el acuerdo 287(g) firmado entre el ayuntamiento y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Higgins ha señalado que su intención es revisar legalmente este acuerdo para minimizar la participación de la policía local en tareas de inmigración federal.
Conocida popularmente como “La Gringa”, Higgins es la primera persona no hispana en dirigir Miami desde la década de 1990. Aunque el alcalde saliente, Francis Suárez, prometió una transición sin contratiempos, la nueva alcaldesa hereda un gobierno que ha prometido reformar desde la raíz para erradicar lo que define como ineficiencia y corrupción.
Te puede interesar:Eileen Higgins rompe tres décadas de dominio republicano en Miami
Para llevar adelante su plan de gobierno, Higgins designó a Maggie Fernández como jefa de gabinete, una figura de confianza con la que trabajó durante cerca de ocho años en el Condado de Miami-Dade.
Antes de su etapa como comisionada condal, Higgins formó parte del Servicio Exterior de Estados Unidos entre 2009 y 2012, con responsabilidades diplomáticas en México y en países del sur de África, experiencia que ahora aporta a su gestión municipal.

































Noticias Newswire









