La comunicación emocional es fundamental dentro del núcleo familiar. Los niños no solo deben tener comida sobre la mesa, un sistema de salud apropiado y educación, también necesitan expresar sus sentimientos y para hacerlo, necesitan el ejemplo.
Los padres son los primeros modelos que tienen los niños y niñas para aprender a expresarse emocionalmente. Por ello, es importante que los papás hablen con sus hijos sobre cómo se sienten, fomenten un diálogo abierto y sincero, y enseñen a los niños a identificar y manejar sus emociones.
Un estudioencontró que los niños cuyos padres modelaron comportamientos prosociales (por ejemplo, ayudar a los demás) tenían más probabilidades de exhibir esas mismas actitudes. Lo mismo pasa con hábitos saludables y no tan saludables, por ejemplo, una investigación publicada originalmente en la revista Pediatrics descubrió que los niños cuyos padres comían regularmente alimentos saludables tenían más probabilidades de elegir alimentos saludables ellos mismos, lo que demuestra que los padres son el principal referente.
Lo más importante es identificar las emociones para que sean adultos capaces de hablar, pedir ayuda y relacionarse. «A muchos nos enseñaron que la ira es mala, y que demostrar que estamos enojados y expresar nuestros sentimientos también lo es», afirmó Jazmine McCoy, psicóloga infantil y familiar y autora del libro The Ultimate Tantrum Guide, una guía para lidiar con los berrinches al New York Times. Pero no lo es, aprender a manejar la ira es una habilidad para toda la vida que les permite a los niños funcionar en casa, en la escuela y en el mundo sin perder el control.
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Los padres deberían buscar ayudar a los niños a procesar las emociones de forma saludable. De esta premisa viene el «nómbralo y dómalo», una frase acuñada por el psicólogo Dan Siegel, es prácticamente un mantra sobre la importancia de enseñar a los niños a identificar y etiquetar sus sentimientos para que puedan hablar de lo que están viviendo.
Los estudios demuestran que con 6 meses los bebés pueden empezar a identificar emociones en otras personas.
Evita la sobreprotección
Muchas veces, para intentar proteger a los niños los padres deciden no hablar de sentimientos y peor aún, evitan mostrarlos. Pero solo al hablarlo, podrán entender qué pasa.
Se debe hacer una diferenciación entre la validación de las emociones, y la validación de los comportamientos, que son distintos. Es muy necesario establecer límites claros y coherentes ante comportamientos agresivos o inseguros, destacó McCoy.