Desde hoy aranceles por valor de 7 mil 500 millones de dólares a productos agroalimentarios comunitarios de la Unión Europea serán aplicados en los Estados Unidos por la administración Trump, una situación que de acuerdo a la Comisión Europea no le deja más alternativa que responder con la imposición de impuestos a bienes del país norteamericanos.
Los cálculos que pechan bienes que ingresan a los Estados Unidos que tenían hasta la llegada de Trump un arreglo que parecía beneficiaba en términos equitativos a las partes, ha recompuesto el panorama económico de las grandes potencias y en esta oportunidad la postura de la Casa Blanca dirigida por el neoyorquino afectará principalmente a España, Alemania, Francia y el Reino Unido.
Razones de peso
De acuerdo a una revisión histórica los tributos a las exportaciones de la UE llegaron tras el fallo a principios de octubre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a favor de EE.UU. por los subsidios ilegales que recibió el fabricante de aviones europeo Airbus, lo que autorizó a Washington a aplicar sanciones por valor de 7.500 millones de dólares anuales.
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Sin embargo al parecer las esferas comerciales no son lares donde abundan los inocentes y es por ello que la UE aguarda que la OMC se pronuncie en un caso paralelo sobre las ayudas estadounidenses a Boeing y ha advertido a EE.UU. que se verá obligada a emprender contramedidas similares.
La Comisión Europea habla
Según el Ejecutivo comunitario, las acciones del presidente Trump no le deja más alternativa que responder con la imposición de aranceles a bienes de EEUU.
Cecilia Malmström, comisaria europea de Comercio, indicó que “lamentamos la elección que ha hecho EEUU de seguir adelante con los aranceles. Este paso no nos deja otra alternativa que seguir en su debido momento con nuestros propios aranceles por el caso Boeing, en el que EEUU ha sido declarado culpable de vulnerar las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”.
Malmström ha dicho que la CE hará un seguimiento del impacto de esos aranceles, “especialmente en el sector de la agricultura”, y aseguró que la institución está “comprometida con defender a las empresas, agricultores y consumidores europeos”.
“Imponer aranceles mutuamente no va en el interés de nadie a largo plazo. Infligirá daños muy significativos a una cadena de suministros altamente integrada en los sectores de la aviación en EEUU y en la UE y resultará en daños colaterales para muchos otros sectores que ya sufren bajo las actuales tensiones comerciales”, dijo la comisaria.
Siguen las tensiones
Hacer de los Estados Unidos una “gran nación de nuevo”, ha significado una posición que ha usado la presión como instrumento de negociación. Los gravámenes que han entrado en vigencia afectan con énfasis a las grandes economías del viejo continente, pero también perjudicará a las economías del mercado único europeo.
La lista de productos sujetos a derechos de importación adicionales del 25 % “ad valorem” se centra en productos de España (queso fresco, aceitunas y el aceite de oliva, entre otros), pero también de Francia (vino, quesos), Alemania (café, galletas, gofres), Reino Unido (whisky, dulces) e Italia (quesos), a los que hay que añadir otros procedentes de más de una veintena de países comunitarios.
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El propio Trump advirtió este miércoles que Estados Unidos “no puede perder” en una hipotética guerra comercial con la UE, tal como, según él, ha quedado demostrado en su pugna con China.
“(Con China) ha quedado demostrado que no podemos perder una guerra con aranceles. (…) En el caso de la Unión Europea estamos ganando 7.500 millones. E Italia tiene un porcentaje que pagar”, dijo Trump en una rueda de prensa conjunta con su homólogo italiano, Sergio Mattarella, en la Casa Blanca.