Con los desplazados en general suelen ocurrir aciagos accidentes, pero la muerte a tiros hechos por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago, de un bebé de apenas un año de edad mantiene abrumada a la comunidad internacional.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y UNICEF en un comunicado se mostraron “profundamente consternados”.
La Guardia Costera de Trinidad y Tobago abrió fuego contra una embarcación con 40 migrantes venezolanos que salió desde el poblado de Tucupita, en el oriente de Venezuela, con destino a las islas. En el incidente murió el infante y resultaron heridos varios de sus tripulantes, entre ellos la madre del pequeño.
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El suceso se añade a una larga lista de incidentes entre migrantes venezolanos y el Gobierno trinitario cuyas autoridades suelen interceptar y deportar de inmediato a los venezolanos que huyen de la dictadura de Nicolás Maduro. Varias embarcaciones se hundieron cuando sus ocupantes trataron de llegar a la isla con saldo de desaparecidos y muertos.
Ante la solicitud de de Venezuela de que se realice una investigación “exhaustiva” para “esclarecer los hechos”, el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, aseguró que la Guardia Costera actuó “bajo protocolos y leyes internacionales” y que la muerte a tiros del bebé venezolano por parte de los oficiales fue un “accidente”.
Rowley afirmó en su cuenta oficial de Facebook que los miembros de la Guardia Costera cumplían “órdenes razonables y profesionales bajo protocolos y leyes internacionales”, pese a que los disparos acabaron con la vida del bebé que migraba junto a su madre al país isleño.
A la petición de investigación se sumó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH). “Los Estados deben tomar medidas para garantizar que se respete siempre el derecho a la vida de las personas refugiadas y migrantes”, indicó en un comunicado Alberto Brunori, representante de la oficina para Centroamérica y el Caribe.
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Por su parte, Eduardo Stein, Representante Especial Conjunto del ACNUR y la OIM para los refugiados y migrantes venezolanos manifestó: “Estamos profundamente entristecidos por esta tragedia. Nadie en búsqueda de seguridad, protección y nuevas oportunidades debería perder la vida”.
El bebé, identificado como Yaelvis Santoyo Sarabia, murió en brazos de su madre, Darielvis Sarabia, durante maniobras de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago para interceptar la embarcación en la que viajaban. La madre también sufrió heridas de bala y fue trasladada a un hospital de la isla.