No es la primera vez que los senadores republicanos Rand Paul y Lindsey Graham se enfrentan con el tema de los “poderes de guerra”, sin embargo para algunos observadores del mismo bando lo hacen de una manera inapropiada debido a que el antagonismo se da con un presidente Donadl Trump que tiene una reelección en ciernes.
Los aires de patriotismo exacerbados pudieran estar afectando la objetividad de muchos, que tradicionalmente frente al tema militar ondean las banderas del nacionalismo y posteriormente piensa en las consecuencia de sus posturas.
Muchos son de la creencia de que la diatriba por la pertinencia o no de la operación militar que mató al general iraní Qassem Soleimani, sea solo la punta del iceberg en términos de una fractura dentro del caucus conservador.
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Como elemento adicional está el tono conciliador con el que terminó su mensaje a la nación el presidente Donald Trump el 8 de enero, cuando desde la Casa Blanca impuso más sanciones a Irán tras el bombardeo sin víctimas a dos bases militares en Irak, alocución en la que terminó diciendo que “Estados Unidos está listo para abrazar la paz con todos los que la buscan”.
Lindsey Olin Graham, senador por Carolina del Sur, salió al paso a las declaraciones dadas por Rand Paul, su homólogo y correligionario por Kentucky, quien dijo luego de una reunión informativa a puerta cerrada con funcionarios con competencia en temas bélicos, que era “absurdo” y “una locura” usar la autorización de la guerra de Irak de 2002 como base para un ataque aéreo contra un general iraní.
De manera concreta y frente a la nación, los senadores que representan los dos mayores aliados del presidente Donald Trump, han puesto de relieve una división que quizás permea al interior del partido conservador.
“Si tuviera un problema en los ojos, acudiría a él. Si tuviera una cuestión constitucional, él sería el último tipo que elegiría”, dijo Graham el jueves cuando se le preguntó sobre Paul, que es oftalmólogo.
No es la primera vez que Paul y Graham se enfrentan.
Los dos legisladores se están peleando después de que Paul y el senador Mike Lee también republicano y electo por Utah, emergieron de la reunión clasificada del miércoles, criticando profundamente lo que ellos caracterizaron como una advertencia de los altos funcionarios de la administración en contra de debatir la autoridad de guerra de Trump y su uso de una autorización del 2002 como la base para el ataque con aviones no tripulados de la semana pasada en Bagdad que mató a Soleimani.
Al aparecer juntos con las fuerzas de sus declaraciones activaron la energía de un gran grupo de reporteros y cámaras de televisión, frente a los que Lee dijo que la presentación a puerta cerrada a la que había acudido para escuchar los argumentos que explicaban la acción bélica para matar a Soleimani , fue “la peor sesión informativa que he visto, al menos en lo que se refiere a un tema militar”.
En ese mismo episodio Paul añadió que le pareció “poco satisfactoria” y que era “absurdo” y “una locura” usar la autorización de la guerra de Irak de 2002 como base para un ataque aéreo contra un general iraní.
“No veo cómo se puede argumentar lógicamente que una autorización de guerra contra Saddam Hussein tiene algo que ver con la guerra contra la gente que actualmente está en Irak”, dijo Paul a los periodistas.
Lo particularmente curioso es que la postura anti-intervención alinea a Paul y Lee con la campaña de Trump en el 2016, cuando él consistentemente dio un tono aislacionista y prometió terminar las guerras “para siempre” del país.
Y es precisamente este “camino de hormigas” el que están siguiendo los observadores para especular en torno a una división en el caucus republicano, como consecuencia de desatender la premisa de retirar al país de la participación en conflictos bélicos extraterritoriales.
Paul y Lee ahora están en desacuerdo con la mayoría de sus colegas republicanos en asuntos de autoridad militar, lo que los hace atípicos en el caucus. La mayoría de los senadores republicanos tienen puntos de vista acordes con el establecimiento de la política exterior del partido, y Graham se ha hecho cargo de muchas maneras del manto de la alta sociedad tras la muerte del senador John McCain.
Graham hizo el disparo de apertura el miércoles cuando dijo que pensaba que Paul y Lee estaban “exagerando” con sus críticas a la postura de la administración en el debate sobre los poderes de la guerra.
“Voy a hacer saber a la gente que en este momento para jugar este juego con la Ley de Poderes de Guerra… ya sea que quieran o no, están dando poder al enemigo”, dijo Graham a los periodistas.
Eso impulsó a Paul, durante una entrevista en CNN, a argumentar que Graham no ha “ni siquiera leído la historia de la Constitución”.
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“Insulta a la Constitución, a nuestros Padres Fundadores y a lo que defendemos en esta república, haciendo de ello una especie de broma y acusando a la gente de falta de patriotismo. Creo que esa es una respuesta baja y desabrida,” dijo Paul.
Paul no está de acuerdo con el argumento de Graham de que la única manera en que el Congreso puede controlar los poderes de guerra de un presidente es desactivando el conflicto militar. A lo largo de los años, Paul ha intentado varias veces poner fin a las autorizaciones de 2001 y 2002 para el uso de la fuerza militar.