Problemas graves de salud mental padecieron y aun gravitan sobre las circunstancias en las que están los menores que fueron separados de sus padres como parte de la política antiimigrante de Donald Trump, con la que persiguió quitar estímulo a la riesgosa aventura de atravesar la frontera en busca de una vida mejor.
La agencia que se encarga de vigilar este aspecto sanitario de la Oficina del Inspector General del Departamento de Servicios de Salud y Humanos (HHS, en inglés) reveló en un informe dado a conocer este hoy, que los menores padecieron problemas graves de salud mental.
A través de estos documentos el Gobierno de Estados Unidos reconoció que los menores inmigrantes separados de sus familiares en la frontera el año pasado sufrieron problemas mentales, como estrés postraumático, durante el período que estuvieron alejados de sus padres.
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Con el informe muchas recomendaciones han surgido, pero la más urgente es que se contrate más personal especializado en cuidados mentales.
La política de la Casa Blanca puso en práctica el año pasado una política de “tolerancia cero” respecto a la inmigración, que supuso el alejamiento de miles de menores de sus padres tras su llegada a la frontera.
Este escrutinio es el primer informe sustancial de una agencia gubernamental sobre cómo la separación familiar bajo la política de “tolerancia cero” de la Administración Trump ha afectado la salud mental de los niños.
Para elaborarlo, los investigadores acudieron a 45 instalaciones de diez estados durante agosto y septiembre de 2018 y entrevistaron a unos 100 médicos de salud mental que tuvieron interacciones regulares con los niños y el personal.
En el periodo de las entrevistas, había cerca de 9 mil menores en los refugios del Gobierno. De acuerdo con datos oficiales, casi 85% tenía entre 13 y 17 años, 13% tenía entre 6 y 12 años y el 2% eran pequeños de hasta 5 años.
La tolerancia cero resultó en estancias más largas de los menores bajo la custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) y en un rápido aumento en el número de niños más pequeños, muchos de ellos separados de sus padres.
La estrategia incluía “enjuiciar” al 100% de los indocumentados arrestados al cruzar la frontera ilegalmente y separarlos de sus hijos en caso de viajar con ellos.
Urgido por la presión política Trump puso fin a esa política en junio de 2018, tras la decisión de un juez federal, y ordenó que su Gobierno mantuviera juntos a los niños con sus padres o familiares en centros de detención.
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En torno a la investigación el órgano supervisor señaló que la ORR “debe proporcionar a los establecimientos una guía para abordar el trauma en la terapia a corto plazo” con el objetivo de mitigar las consecuencias de los problemas mentales en el futuro.
Según un informe divulgado en julio por el Congreso de EE.UU., al menos 18 bebés menores de dos años de edad fueron separados de sus padres en la frontera con México entre 20 días y 6 meses durante la aplicación de la política de “tolerancia cero”.
Esa medida impulsada por el entonces fiscal general, Jeff Sessions, fue ampliamente criticada, no solo a nivel nacional, sino también internacional.