Las fuerzas de seguridad en Filadelfia se aseguraron este lunes de detener una concentración en la I-676 que protestaba por el homicidio de George Floyd y procedió a dispersarlos utilizando gases lacrimógenos y desplegando una redada con la que alcanzó un número importante de detenidos.
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Los manifestantes a primeras horas de la tarde bloquearon la importante arteria vial a la altura del puente Ben Franklin. Al parecer era la conclusión de una marcha que se desplegó por el centro de la ciudad, sin embargo ante la extensión del “toque de queda” y ante el temor de que recrudeciera la violencia los uniformados acudieron al gas.

Alrededor de las 5:00 p.m., los manifestantes se concentraron en Vine Street, cerrando la autopista que divide el centro de la ciudad. El tráfico se detuvo completamente en la hora pico. La policía estatal y municipal fueron los que esta vez tuvieron el protagonismo, que no han podido ejercer en las protestas anteriores donde se vieron superados por el número de manifestantes.
El tenor pacífico de la manifestación fue una ventaja para los uniformados, pero la ciudad no deseaba que se creara un caldo de cultivo para que los violentos aprovecharan para desatar la anarquía.
Docenas de arrestos ocurrieron mientras el bloqueo humano se llevó a cabo.
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Las protestas de este lunes comenzaron a primera hora de la tarde, incluyendo una en el barrio de Spring Garden. Docenas de policías en bicicleta se pararon silenciosamente en las cercanías.

Durante los últimos dos días, la violencia y los saqueos han surgido en numerosos barrios de Filadelfia, ya que los manifestantes simplemente superaban en número a la policía de la ciudad y del estado. Los incendios destruyeron los negocios y los saqueadores vaciaron las tiendas del centro de la ciudad, el oeste de Filadelfia, Port Richmond, Kensington y Hunting Park.