El sorpresivo corte de Chauncey Gardner-Johnson por parte de los Houston Texans volvió a poner al profundo defensivo en el centro de atención. A sus 27 años, el campeón del Super Bowl LIX con Philadelphia Eagles enfrenta un nuevo capítulo en una carrera marcada por un talento indiscutible y una personalidad difícil de manejar.
Reclutado en la cuarta ronda del Draft 2019 por los New Orleans Saints, Gardner-Johnson destacó desde sus primeras temporadas por su velocidad, fuerza física y capacidad de anticipación. Su paso por Philadelphia en 2022 lo consolidó como uno de los mejores profundos de la liga: lideró con seis intercepciones, tercer mejor registro de la NFL, y fue pieza clave en la conquista del campeonato frente a los Kansas City Chiefs.
Sin embargo, su carácter impulsivo y la tensión con compañeros y entrenadores han sido constantes. Tras breves etapas con Detroit Lions y un regreso triunfal a Eagles, donde demostró su valor en la postemporada, el defensivo terminó nuevamente en el mercado. En Houston, pese a ser titular en los tres partidos de la actual campaña, sus críticas al grupo defensivo y su inconformidad con el rol asignado precipitaron la decisión de cortarlo.
Las estadísticas respaldan su calidad: desde 2019 acumula 304 tackleadas, 18 intercepciones y 51 pases defendidos, además de cuatro capturas y una anotación defensiva. No obstante, su futuro inmediato dependerá de qué franquicia esté dispuesta a equilibrar rendimiento y carácter.
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Gardner-Johnson asegura que su liderazgo ha sido malinterpretado: “No se puede programar el instinto animal de un defensa”. Ahora, con varios equipos necesitados de reforzar su secundaria, el profundo espera una nueva oportunidad para demostrar que su carrera aún tiene mucho por ofrecer.