Entre los gobiernos de Estados Unidos y México han logrado detener la llegada masiva de migrantes en busca de asilo a la frontera común, de acuerdo con reportes hechos por agencias internacionales de noticias y por los propios migrantes y activistas humanitarios.
El torrente imparable de personas se redujo a números casi nulos debido a las medidas disuasivas de la Administración del presidente Joe Biden, con ayuda de México.
“Ahora por lo general llegan muy pocas personas que, en su mayoría, desconocen que se usa una aplicación (de móvil) para hacer una cita, y lograr una entrevista para solicitar asilo”, comentó a los periodistas el director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos, Pedro Ríos.
Este comité es el único grupo que ha mantenido la ayuda constante a los migrantes que llegan a una zona entre dos muros fronterizos paralelos en Jacumba, California, que en mayo pasado se convirtió en el lugar por donde más migrantes ingresaban de forma irregular en la frontera suroeste estadounidense.
Pero la situación cambió desde el pasado 4 de junio, cuando el presidente Biden promulgó las restricciones al asilo que han logrado bajar el número de detenciones de migrantes.
Ríos explica que los pocos migrantes que cruzan “no hablan ni inglés ni español”, y por lo general provienen de países de África y del Medio Oriente; asegura que “los ríos imparables de gente” desaparecieron.
Las detenciones de migrantes que cruzaron de forma irregular por la frontera con México cayeron a 54.000 en septiembre, la cifra más baja registrada en el gobierno Biden, según reportó el canal CBS.
Activistas como Ríos advierten que el proceso para los solicitantes de asilo “ahora es más frustrante”, especialmente para aquellos que buscan una cita a través de la aplicación CBP One desde el sur de México o Guatemala.
Ríos refiere que el tiempo de espera puede ser entre ocho y nueve meses para solo conseguir una cita. “Es demasiado tiempo porque no pueden trabajar, y es más difícil si tienen que mantener familia, además los albergues tienen un límite de tiempo para alojarlos, por lo general un mes”, expuso.
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A esta situación se suma que las autoridades mexicanas están sirviendo de filtro y haciendo más complicado el proceso. Por ejemplo, un migrante de Ecuador que declinó revelar su nombre relató que llegó en avión a Tijuana, México con la intención de cruzar hacia California a pedir asilo, pero los oficiales mexicanos de migración lo detuvieron y enviaron a Chiapas para que solicitara una cita desde allí.