De acuerdo con denuncias realizadas por activistas proinmigrantes y sacerdotes de la zona, la frontera sur de México se ha convertido en un “tapón” que impide el paso de migrantes hacia el norte, eso ante las amenazas del presidente electo Donald Trump.
El director del Centro de Dignificación Humana (CDH), Luis Rey García Villagrán, asegura que las autoridades mexicanas envían a los migrantes a ciudades como Tapachula y Tuxtla Gutiérrez en Chiapas, estado limítrofe con Centroamérica, también a Villahermosa en Tabasco, Mérida en Yucatán, y Chetumal en Quintana Roo, con la finalidad de dispersarlos.
El activista señaló que la instrucción del Gobierno mexicano es no dejar pasar a los migrantes a la Ciudad de México.
“El primer tapón es el río Suchiate (fronterizo con Guatemala), en Tapachula, y de ahí es el Corredor Transístmico entre Salina Cruz y Coatzacoalos, y el tercero es en Puebla, donde se forma un paso difícil por algo llamado el paso de Cortés, porque no cualquiera puede llegar a la Ciudad de México”, describió García Villagrán.
Este defensor de derechos humanos dijo que “a los migrantes se les están poniendo más trabas para llegar” al norte, por lo que ahora optan por “rutas peligrosas”.
Nueva caravana migrante
La primera caravana migrante del año partió este jueves 2 de enero de la frontera sur de México con aproximadamente 1.500 personas, quienes buscan llegar a Estados Unidos antes de la investidura de Trump el 20 de enero. El presidente electo ha amenazado con un arancel de 25% a los productos mexicanos si no frena la “invasión” de migrantes y drogas.
Mientras, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó este viernes 3 de enero que las caravanas “ya no llegan a la frontera norte” porque su Gobierno las atiende en el sur, donde ofrece opciones de empleo, refugio o retorno a sus países.
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Aunque el registro diario de indocumentados en la frontera con Estados Unidos disminuyó un 75% en 2024, el Gobierno mexicano detectó un récord de más de 925.000 migrantes irregulares de enero a agosto del año pasado, un incremento interanual de casi 132%.
Los activistas y sacerdotes estiman que en Tapachula hay unos 30.000 migrantes varados, llegaron hace varios meses y viven en las inmediaciones del parque Bicentenario, donde han buscado la ayuda de las autoridades para tramitar papeles para regularizarse y tener mayor seguridad.