Tras la tradicional oración del Ángelus en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco dijo el pasado domingo sentirse “preocupado” por los incendios que están devastando la Amazonia y pidió que “con el compromiso de todos” se puedan extinguir “lo antes posible”. El Pontífice destacó la importancia de la Amazonia azotada por las llamas y dijo que “ese pulmón forestal es vital para nuestro planeta”.
Francisco ha convertido la ecología en uno de los pilares de su pontificado y la situación de la selva amazónica y de los pueblos indígenas que la habitan son elementos recurrentes de su magisterio.
A solicitud suya en octubre próximo se celebrará en Roma un sínodo extraordinario con todos los obispos del mundo para tratar los problemas de la Amazonía, según informó el diario El País.
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Cuando convocó el evento hace dos años, Francisco señaló que el objetivo de la cumbre sería encontrar nuevos caminos para la evangelización de los indígenas, “a menudo olvidados y sin perspectivas de un futuro sereno, también debido a la crisis de la selva Amazónica, pulmón de capital importancia para nuestro planeta”.
El compromiso para detener la deforestación y otras agresiones depredadoras del territorio y la devastación de las comunidades indígenas son los dos puntos sobre los que se apoya el movimiento eclesial en la Amazonía y los puntos de partida del sínodo.
“El cambio climático y el aumento de la intervención humana están conduciendo a la Amazonía hacia un punto de no retorno, con altas tasas de deforestación, desplazamiento forzado de la población y contaminación, poniendo en riesgo sus ecosistemas”, dice el documento de trabajo del que partirán los debates de los obispos en octubre.