Los desencuentros entre Francia y los Estados Unidos continúan profundizándose y toman para su exhibición múltiples escenarios. Es así que el “elegante lenguaje de la dominación” que usa el cifrado de los aranceles para “entenderse”, ha pasado a sustituir el diálogo tradicional.
Recientemente Francia, tras una deliberación pública que argumentó la norma, tomó la decisión de aplicar un impuesto a los servicios digitales , que no toca particularmente a los estadounidenses, sino que pecharía a todos los que se lucran con el mercado francés sin importar donde estén asentados.
Sin embargo Estados Unidos tomó como un asunto personal la decisión fiscal de la administración de Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron, por lo que Washington amenazó con aranceles de 100% sobre productos francés como vinos espumosos, quesos, bolsos y varios productos de maquillaje.
Hoy la acción fue rápidamente respondida por París, que calificó de “inaceptable” las perspectiva de la Casa Blanca y aseguró que junto a la Unión Europea prepararán una contundente reacción de no reconsiderarse “los modos” en los asuntos comerciales.
“El proyecto, que podría aplicarse de aquí a 30 días, de nuevas sanciones contra Francia es inaceptable”, afirmó el ministro de Economía Bruno Le Maire en declaraciones a Radio Classique.
El anuncio de las autoridades estadounidenses el lunes 3 de noviembre del 2019 a última hora del día es consecuencia de una investigación abierta en julio del año pasado por el Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) , Robert Lighthizer, que concluyó que la tasa francesa castiga a empresas tecnológicas estadounidenses como Google, Apple, Facebook y Amazon.
“La USTR se compromete a luchar contra el proteccionismo creciente de los Estados miembros de la Unión Europea, que apuntan injustamente a las empresas estadounidenses”, dijo el representante en un comunicado.
La propuesta de la USTR, que todavía tiene que recibir el aval del presidente estadounidense Donald Trump, podría intensificar las fricciones con la Unión Europea (UE) , y con Francia en particular.
En términos de proteccionismo, muchos analistas creen que esa bola está en la cancha estadounidense, que ha dado innumerables señales de que está en un ejercicio claro de “salvar a ultranza todo lo norteamericano”, sin considerar el impacto que sus negocios tienen en otros lados del mundo. En como si la vieja frase “ganar-ganar” hubiese desaparecido del equipo básico de negociación estratégica de los comandados por Trump.
Lo que sí es cierto y verificables, es que el impuesto francés afecta a las compañías cuyos ingresos anuales superan los 750 millones de euros a nivel mundial (unos 845 millones de dólares), de forma que unas 30 empresas podrían verse afectadas, la mayoría estadounidenses, aunque la lista también incluye a firmas chinas, británicas y alemanas.
La Oficia de comercio de Estados Unidos ha establecido el 14 de enero como fecha tope para la recopilación de comentarios públicos sobre los aranceles que ha propuesto. Pero no es la única sanción que baraja la administración Trump contra Francia. También tienen intención de imponer restricciones y diversos impuestos a los servicios franceses, para lo que se ha programado una audiencia pública el próximo 7 de enero.
Estas sanciones se han propuesto a pesar de que tras las negociaciones en el marco de la cumbre del G7 de agosto entre el Ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, y el Secretario de Estados de Estados Unidos, Steve Mnuchin; se llegó a un acuerdo con el que Francia devolvería a las empresas estadounidenses la diferencia entre la tasa francesa y un nuevo mecanismo que se está preparando a través de la OECD. Eso sí, Trump nunca respaldó este acuerdo y se ha negado a asegurar si sus amenazas de aranceles a Francia iban a retirarse.