Según las estadísticas que maneja la Fundación para la Familia Ruderman, las personas que laboran como policías y bomberos tienen más probabilidades de morir por suicidio que en el cumplimiento del deber.
Estas cifras fueron el punto de partida para la elaboración de un proyecto de ley en Florida que busca frenar los suicidios de policías, bomberos, paramédicos y otros oficiales que responden a situaciones de emergencia pues esta causa de muerte supera las tasas de decesos de estos trabajadores en cumplimiento de su deber, informó el senador estatal Keith Perry.
El legislador presentó una iniciativa orientada a la “confidencialidad” entre colegas y la ayuda profesional para estos trabajadores, que ya tuvo la aprobación en el comité de Asuntos de Niños, Familias y Personas Mayores.
Perry señaló que agentes como bomberos y policías son “menos propensos a contemplar el suicidio cuando se sienten apoyados y alentados en el trabajo”, según un estudio realizado por el Journal of Emergency Medical Services.
El senador dijo que la idea es “permitir que estas conversaciones sean confidenciales” para fomentar un sistema de apoyo confiable dentro de dicha comunidad laboral.
“En 2017 más policías y bomberos murieron por suicidio que en el cumplimiento del deber. Esta estadística merece una acción inmediata”, dijo el senador Perry.
“Espero que esta legislación ayude a promover el apoyo de los colegas mientras se reduce el estigma y el miedo a las repercusiones que con demasiada frecuencia impiden que los socorristas busquen la ayuda que necesitan”, manifestó el promotor de la ley.
En 2017 en Estados Unidos ocurrieron al menos 103 suicidios de bomberos y 140 suicidios de oficiales de policía. En contraste, 93 bomberos y 129 policías murieron en el cumplimiento del deber en el mismo lapso.
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En promedio, “los agentes de policía presencian 188 incidentes críticos durante sus carreras. Esta exposición al trauma puede conducir a varias formas de enfermedad mental”, de acuerdo al informe de la citada Fundación.
“Los primeros en responder son héroes que corren hacia el peligro todos los días para salvar la vida de los demás. También son seres humanos, y su trabajo afecta la salud mental”, destacó Jay Ruderman, presidente de la Fundación.
Según dicho estudio, “la vergüenza y el estigma en torno a la salud mental dentro de las profesiones que priorizan la valentía y la dureza” impiden a los socorristas acceder a los servicios de salud mental.
El proyecto de ley incluye a quienes responden a las emergencias como policías, bomberos, técnicos médicos de emergencia, oficiales de comunicaciones y operadores telefónicos.
En 2018, un estudio a nivel nacional halló que en Estados Unidos son más los policías que se suicidan que los que mueren cumpliendo con su deber. El informe también señala que los oficiales de policía tienen el mayor riesgo de suicidio entre todas las profesiones por una combinación fatal de estrés intenso, presión para ocultar su angustia emocional y fácil acceso a un arma de fuego.
El año pasado, 167 policías se suicidaron, mientras que en lo que va de 2019 lo han hecho 130, cuando aún faltan dos meses para que culmine el año, de acuerdo con Blue Help, una organización que apoya la prevención de este problema a nivel nacional.