A raíz de la brutal masacre ocurrida en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, al norte de Miami, el estado de Florida se blinda contra aquellas personas que se consideren una amenaza, como pistoleros.
Los legisladores acordaron una ley conocida como de Bandera Roja (Red Flag Law) y con ella se le quitan las armas a sujetos con comportamientos erráticos y a los violentos en potencia.
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Por lo general, la ley permite a las fuerzas del orden que soliciten a un tribunal que prohíba de manera temporal la compra y posesión de armas por parte de alguien considerado como una amenaza en potencia.
Las órdenes duran un año, y pueden prorrogarse otros 12 meses, y los jueces pueden exigir que la persona se someta a un tratamiento de salud mental o de abuso de sustancias antes de que se levante la orden. En el momento del tiroteo en Uvalde en Texas, había 2.845 personas bajo órdenes de protección de riesgo en Florida, según el Departamento Estatal de Aplicación de la Ley.
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Si el juez está de acuerdo, la persona debe entregar sus armas de fuego a la policía. Dentro de dos semanas, se llevarán a cabo una audiencia durante la cual el juez decide si se le quitan las armas a la persona por un año. En la audiencia los fiscales deben convencer a un juez de que la persona representa un peligro probable para que se emita la orden. Después, en casos extremos, se puede volver a solicitar la misma orden.
De acuerdo con datos de la Oficina del Administrador de Tribunales Estatales de Florida, desde marzo de 2018 hasta marzo de 2022 en todo el estado se han aplicado 5.850 órdenes de incautación de armas.
Por ahora, los legisladores de Florida también se proponen restringir el uso de cargadores con gran cantidad de balas.