El impuesto a las sodas, una creciente tasa de homicidios, violencia urbana y una dramática situación por el abuso de opiáceos son parte del panorama que hace fuerza en contra de una reelección del alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, quien tiene a su favor una ciudad ampliamente demócrata, ventaja que prácticamente anula las posibilidades de su adversario republicano Billy Ciangalini, cara a las elecciones del 5 de noviembre.
El próximo martes la ciudadanía tendrá la oportunidad de renovar a sus autoridades en el ámbito de la ciudad y habrá comicios que darán fuerza y vigor democrático a los cargo que van desde el Alcalde, los consejeros del Ayuntamiento, los Comisionados, el Sherriff y Jueces.
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En torno a la elección de un nuevo alcalde –o relegitimación del existente- las cosas parecieran fáciles para los demócratas, quienes tienen una ventaja de votantes inscritos que supera 7 a 1 a los republicanos.
Un elemento adicional a no perder de vista es que para estos escrutinios Filadelfia utilizará las nuevas y controvertidas máquinas de votación. Los modelos de pantalla táctil que harán su debut el 5 de noviembre, han sido una fuente de controversia durante todo el año, y esto se considera básicamente la prueba de funcionamiento de la ciudad antes de 2020.
Sin embargo el interés de este material editorial es una revisión de los participantes a conquistar el cargo de Alcalde de la Ciudad del Amor Fraternal.
Jim Kenney: Demócrata y en el cargo
Ya es manida la retórica que señala la consistente historia que advierte que jamás un titular ha perdido la reelección para un segundo mandato desde que se actualizó la carta constitutiva de la ciudad en 1954.
El alcalde Jim Kenney logró una fácil victoria en las primarias. No ha hecho mucha campaña desde entonces, y ha ignorado las llamadas para debatir de su oponente republicano.
Sin embargo no todo es color de rosa para Kenney. Esta votación es considerada como un referendo, en especial para su controvertido impuesto a las bebidas gaseosas, que lo rodearon de una temprana impopularidad.
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Las encuestas muestran que los habitantes de Filadelfia apoyan en gran medida los programas, pero aún así lamentan el impuesto en sí mismo. Kenney también se enfrenta a una creciente tasa de homicidios y a una crisis de opiáceos cada vez más violenta.
En su inventario de puntos de honor a preservar en un próximo período están: Mantener vivo el impuesto a los refrescos, apoyar el sitio de prevención de sobredosis y mantener a Filadelfia como una “ciudad santuario”.
Billy Ciangalini: El republicano
Después de una larga disputa interna en el seno conservador que al parecer es un reducto en Filadelfia, Ciangalini se ganó a pulso su derecho a representar a los republicanos en la contienda y a hacer de contrapeso a las aspiraciones demócratas.
Está convencido de que los problemas que enfrenta la ciudad no juegan a favor de su adversario y que las desilusiones se van a sumar en pulsaciones en la pantalla táctil que recibirá sus votos.
Ciangalini ha utilizado su cuenta de Facebook, que se ha convertido en una campaña personal, para denunciar los sitios de prevención de sobredosis y de impuestos sobre los refrescos. También la usó para incitar a sus seguidores a acosar a un restaurante del sur de Filadelfia que organizó una recaudación de fondos para los inmigrantes indocumentados. Aun siendo el único oponente de Kenney, Ciangalini no ha recaudado suficiente dinero para organizar una campaña seria. Él trajo un poco más de US$10,000 en contribuciones desde que su carrera fue lanzada.
Las prioridades de Ciangalini de vencer a su oponente serán: Revertir el estatus de “ciudad santuario” de Filadelfia, oponerse a los sitios de prevención de sobredosis y la derogación del impuesto sobre las bebidas gaseosas.