Incontables venezolanos en Florida celebraron el alivio migratorio concedido por el gobierno de Estados Unidos, una medida que estos inmigrantes recibieron como “un bálsamo” ante la ilegalidad de su situación.
“Por fin voy a dormir tranquilo”, comentó un conductor de Uber entrevistado por una estación de televisión de Miami, mientras que una entrenadora personal exclamaba con alivio: “ya no tendremos que irnos”. Ambas frases reflejan el consuelo que sienten cientos de miles de venezolanos residentes en territorio estadounidense quienes desde el pasado 9 de marzo pueden aplicar a un Estatuto de Protección Temporal (TPS).
En cumplimiento de una promesa electoral, el presidente Joe Biden asignó por decreto con fecha 8 de marzo a los venezolanos un TPS por 18 meses, lo que protege de la deportación a más de 320.000 venezolanos que ya están en Estados Unidos, y además les permitirá trabajar legalmente y viajar al exterior con una autorización.
En Venezuela Mariana Molero era abogada pero en Miami es entrenadora personal y se dedica a ayudar a otras personas a ponerse en forma. Ella comentó a medios locales que el día del anuncio presidencial fue “uno de los días más importantes” de su vida.
Mientras, el venezolano Pablo Rojas hizo una pausa en las clases particulares de tenis que ofrece en Miami para celebrar con sus connacionales y manifestó que para él la noticia era “una maravilla”.
“Cualquier cosa que sirva para estar más cómodo de verdad que me cae como un vaso de agua fresca” luego de un fuerte entrenamiento, refirió el atleta de 30 años quien llegó a Miami hace un año huyendo de la catástrofe económica y humanitaria que sufre su país.
En la bautizada Doralzuela (El Doral al oeste de Miami) por sus numerosos residentes venezolanos, un nutrido grupo de personas se reunieron para celebrar la medida con banderas de Venezuela y pancartas que decían “Gracias Joe Biden”. El escenario fue el icónico restaurante El Arepazo.

Entre los presentes estaba Eleazar Guevara, miembro del grupo Venezolanos Por Biden, quien considera que con el TPS el Gobierno expresa “que en Venezuela hay una dictadura”. Esta medida “reconoce que en Venezuela hay violación a los derechos humanos”, dijo Guevara de 40 años y exiliado político del partido Voluntad Popular.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro N. Mayorkas, dijo que el decreto estará vigente hasta el 9 de septiembre de 2022, debido a que “las condiciones de vida en Venezuela revelan un país convulso, incapaz de proteger a sus propios ciudadanos”.
“Es en tiempos de circunstancias extraordinarias y temporales como estas que Estados Unidos da un paso adelante para apoyar a los ciudadanos venezolanos elegibles que ya están presentes aquí, mientras su país de origen busca salir de la crisis actual”, comentó el secretario Mayorkas.
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Despejando dudas
Ante las afirmaciones del secretario de Seguridad Nacional, el presidente de la organización Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), el militar retirado José Antonio Colina dijo a la AFP: “Recibimos la noticia con mucha alegría y agradecimiento”. Comentó además que “para quienes estaban en un limbo migratorio, para el que estaba indocumentado y para el que tenía dudas, esto (el TPS) viene a despejar incertidumbres”.
A juicio de Colina, esta medida deja claro que Biden “no va a reconocer a Nicolás Maduro, que era lo que muchos temíamos, y va a seguir apoyando la causa de Venezuela”.
Una prueba de lo dicho por el ex militar exiliado es que en enero, el nuevo Secretario de Estado, Antony Blinken, calificó a Maduro como un “brutal dictador” y dijo que respaldaba el reconocimiento como presidente interino al opositor Juan Guaidó.
Venezuela vive una grave crisis económica y humanitaria a lo que se suma que es objeto de denuncias de violaciones de los derechos humanos. Esta situación ha llevado a 5,4 millones de personas a huir del país caribeño según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo a un estudio realizado en 2019 por el Pew Research Center, aproximadamente 421.000 venezolanos vivían en Estados Unidos en 2017, un 352% más que en el año 2000 y más de la mitad de estos inmigrantes se encuentran en Florida.

Un temor que se hace calvario
Como miles de venezolanos, la entrenadora personal Mariana Molero y su esposo Adolfo Fernández, quien también ejercía como abogado en Venezuela y ahora conduce un Uber, abandonaron su país y llegaron a territorio estadounidense en la primera década del siglo XXI. Igual que muchos de sus connacionales, solicitaron asilo político pero a él se lo negaron y recibió una orden de deportación.
Estuvo detenido 31 días con la finalidad de deportarlo pero apelaron y lograron detener la extradición.
El matrimonio procreó dos hijos, Diego y Paola, que nacieron en Miami. A la felicidad de tenerlos se sumó el “calvario” que significó el temor de que en el tiempo en el que trataran de resolver su situación migratoria, podrían sepáralos de sus hijos.
“Ni te imaginas lo que es estar temiendo que el ICE (Servicio de Inmigración y Aduanas) toque a tu puerta”, comentó Molero, quien mostró su agradecimiento tanto a Biden como a Trump por otorgar, un día antes de dejar la Casa Blanca, un Aplazamiento de Salida Obligada (DED) para frenar las deportaciones de venezolanos por 18 meses.
También agradece a Biden que no haya anulado el DED de su predecesor porque “así estamos doblemente protegidos”.
Para Edson Smitter, un fotógrafo de 38 años, el TPS significa “la tranquilidad de que no estoy encerrado, es libertad para moverme”. El artista gráfico relató a las agencias de noticias que desde que llegó a Estados Unidos en 2015, luego de tener varios “encontronazos” con oficiales del régimen de Nicolás Maduro, ha permanecido en un “limbo migratorio” que no le ha permitid ver a su familia.

Aunque ya se ha establecido en el país, Smitter confía en que Biden le “abra la puerta para residir aquí y ser ciudadano”.
Leslie Gabaldón, una venezolana quien es ciudadana estadounidense, es la propietaria de un estudio de fotografía donde labora Smitter. Ella manifestó que está “muy contenta, pero preocupada” porque considera que debe haber una solución que sea permanente, como una reforma migratoria para todos estos venezolanos “que pagan impuestos”.
Alegría también para Venezuela
Para todos estos inmigrantes, la alegría por el TPS es compartida entre los que están en Estados Unidos y sus familiares y amigos que quedaron en Venezuela, porque ahora van a poder tener mejores trabajos para enviar más ayuda a sus parientes.
De acuerdo con datos de diferentes agencias, en 2020 desde Estados Unidos se enviaron a Venezuela remesas por más de 869 millones de dólares, un monto menor al de 2019. Sin embargo, dicha cifra representan entre un 4% y un 5% del PIB según distintos organismos.
“El TPS brindará a más de 300.000 venezolanos la oportunidad de insertarse en la economía formal en Estados Unidos. Pronto, aquellos que por miedo o por recibir salarios en efectivo no estaban bancarizados, podrán estarlo”, comentó Hugo Padilla, director ejecutivo y cofundador de la plataforma de pagos MeDo Pay.
Según el ejecutivo, se calcula que un 70% de los venezolanos residentes en territorio estadounidense envían un promedio del 20% al 25% de sus ingresos mensuales a Venezuela. Con el incremento en la actividad laboral que puede producir el TPS es lógico prever un incremento en las remesas.