El llamado canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y uno de los líderes negociadores del extinto grupo guerrillero, Rodrigo Granda, retornó a territorio colombiano este miércoles 20 de octubre luego de permanecer retenido por varias horas en México, por pedido de Paraguay, que quiere procesarlo por homicidio y secuestro a pesar del acuerdo de paz con la organización irregular.
El caso lució confuso y hubo versiones encontradas entre las partes involucradas, pero lo cierto del asunto es que el mismo desató una polémica diplomática entre México y Paraguay.
El partido colombiano Comunes, que se creó tras el desarme de los guerrilleros de las FARC, informó el martes 19 de octubre que Granda había sido detenido en territorio azteca ante una “circular roja” de Interpol activada cuando el ex guerrillero viajaba a México para participar en un foro político.
Paraguay anunció por su parte que había gestionado la solicitud de captura de Granda ante México, pero el gobierno de Andrés López Obrador refirió mediante un comunicado que el exguerrillero había regresado a Colombia antes de que se pudiera considerar dicha solicitud.
“Quiero conocer la explicación que nos puede brindar el embajador de México”, comentó el canciller de Paraguay, Euclides Acevedo, tras conocer lo sucedido.
A su arribo a la capital colombiana, el llamado canciller de las FARC, dijo: “regresé voluntariamente” y denunció una presunta maniobra del Gobierno de Colombia para estropear el proceso de paz mediante su detención.
“Estamos dando la cara, aquí estoy”, afirmó el exguerrillero de 72 años al llegar a Bogotá.
Un juez paraguayo ordenó en 2008 la captura de Granda por su presunta relación con el secuestro y posterior asesinato de la hija del ex presidente Raúl Cubas, Cecilia Cubas, hecho ocurrido en 2005.
La investigación del caso indica que el grupo armado de Paraguay que tenía en su poder a la plagiada, recibió instrucciones de los guerrilleros colombianos de entonces a través de Granda.
Los líderes de la desmovilizada guerrilla están respondiendo en libertad ante la Justicia Especial de Paz (JEP) por delitos como secuestro y reclutamiento de menores, pero hasta la fecha ninguno ha sido condenado.
“Entiendo que ese acuerdo (de paz) es una especie de indulto dentro de Colombia, pero nosotros tenemos una orden de captura (en Paraguay) y estamos obligados a darle cumplimiento. Vamos a hacer el máximo esfuerzo para que sea extraditado y juzgado”, advirtió el canciller paraguayo Euclides Acevedo.
Granda viajó a México con autorización de la JEP y a su regreso solicitó que el proceso se incluya en el expediente que tiene abierto en ese tribunal: “Deben acumularse todos mis procesos, incluyendo el de Paraguay”, afirmó.
Los exguerrilleros que confiesen sus crímenes y reparen a las víctimas recibirán penas alternativas a la prisión, en caso contrario se expondrán a penas de hasta 20 años.
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Un retorno voluntario
El exguerrillero relató que al aterrizar en México le notificaron que se había activado una “orden de captura dormida de Interpol”. Según dijo se trató de una maniobra de “altísimos funcionarios del Gobierno colombiano” en contra del acuerdo de paz.
Por su parte Diego Molano, ministro colombiano de Defensa, desmintió esa afirmación y aseguró que la “detención” de Granda fue por pedido de Paraguay.
Rodrigo Londoño, presidente del partido Comunes quien viajó con el ex guerrillero, desde México explicó que su compañero permaneció incomunicado durante unas siete u ocho horas antes de que decidiera su regreso a Colombia.
En 2005 Granda fue capturado en Venezuela en una operación encubierta y trasladado a Colombia cuando ejercía como enlace internacional de las FARC. Él fue uno de los negociadores de paz en La Habana.
En aquella época fue excarcelado por pedido del gobierno francés para facilitar la liberación de la colombo-francesa Ingrid Betancourt, quien estuvo en poder de las FARC durante seis años antes de ser rescatada por militares colombianos en 2008.
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Santrich en el recuerdo
Granda es el segundo líder de la desmovilizada guerrilla que es capturado tras firmar la paz. Seuxis Hernández Solarte, conocido con el alias de “Jesús Santrich”, fue detenido en 2018 con fines de extradición hacia Estados Unidos por cargos de narcotráfico.
En 2019 fue dejado en libertad por orden de la Corte Suprema y luego volvió a las armas junto al ex número dos de las FARC, Iván Márquez, alegando incumplimientos del presidente Iván Duque a lo acordado.
Versiones no confirmadas señalan que Santrich murió en mayo del presente año en un enfrentamiento armado en Venezuela.
La detención de Granda se produce a poco más de un mes del quinto aniversario del acuerdo firmado con el presidente Juan Manuel Santos, quien recibió el Nobel de la Paz en 2016.
Durante su lucha por el poder las FARC secuestraron a unas 21.396 personas con fines de extorsión y políticos. Sus altos mandos fueron imputados en enero de 2021 por crímenes de lesa humanidad ocurridos entre 1990 y 2016.
“Nuestro compromiso frente a la paz y lo acordado en La Habana, Cuba, sigue siendo inquebrantable. No pasarán quienes pretenden hacer trizas el Acuerdo Paz”, escribió el partido Comunes en un boletín.