Maestros de laNorth Georgetown Elementary School (NGE), al sur de Delaware, alientan a los estudiantes de hogares de habla hispana a usar su idioma nativo a una edad temprana, con la finalidad de establecer una base sólida del español e inglés.
Para lograr este objetivo, los niños menores de tres años están usando un programa llamado “Léemelo”, el cual fue implementado formalmente, luego de que los maestros tuvieran éxito el año pasado con estudiantes mayores que cumplieron con una actividad extracurricular similar de nueve semanas.
Jennifer Nein, coordinadora de aprendizaje multilingüe de NGE, detalló que el programa que comenzó el año pasado se llamaba Leamos Juntos, ahora se apuesta al éxito de Léemelo.
“Leemos libros con los niños en edad escolar y sus familiares. Con este tipo de impulsos buscamos que nuestros hijos sean bilingües y bialfabetizados”.
Nein estaba segura que este tipo de programa debía quedarse debido al distintivo cuerpo estudiantil de la escuela, en el que 538 de los 740 estudiantes hablan español.
La coordinadora destacó que después de ver que los estudiantes mayores se beneficiaban del programa, los líderes escolares notaron que muchas familias también traían a sus hermanos pequeños.
Los padres y los niños menores de 4 años se reúnen todos los miércoles a las 4:00 pm durante seis semanas, y participan en actividades del programa Léemelo: cantar, jugar, bailar, crear y leer.
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North Georgetown Elementary School, que enfatiza sobre la importancia de que las familias lean e interactúen con el niño a una edad temprana, planea continuar con los programas Leamos Juntos y Léemelo cuando se reanuden las clases en el otoño.
El español
Los padres también aplaudieron este tipo de iniciativas prácticas que benefician el desarrollo y en el aprendizaje a un número importante de estudiantes que hablan español.
Abby Cortez, quien es enlace de la comunidad escolar bilingüe de NGE, expresó que el programa brinda a los padres la oportunidad de encontrar un lugar y un momento para leer y aprender junto a los niños
“Hay una manualidad en la que trabajan los padres para que se la lleven a casa, y luego los niños pueden usar, por ejemplo, bolsas sensoriales desde que son niños pequeños y bebés. Estas son realmente geniales para que las usen”.
Magali Vicente-Ortega, de Guatemala y residente de Georgetown, ha participado en ambos programas porque tiene tres hijos de 7, 4 y 8 meses. Ella ve estas prácticas con gran satisfacción, ya que comparte con sus pequeños, al tiempo que se les enseña a ser bilingües.
“Pues uno se presenta primero. Empezamos a leer ylo que uno ha entendido de los libros, si uno quiere compartir, lohace entre todos. También cantamos y bailamos”.
Vicente-Ortega ve esto como una forma de sanar a su niña interior. Habló sobre tener que abandonar la escuela primaria a una edad temprana para ayudar a su familia con las responsabilidades en su país Guatemala.
“Yo quisiera tener eso como mi infancia.Uno se divierte con lamentalidad de un niño de siete u ocho años.