Hong Kong creó un robot para tratar a pacientes con la COVID-19. Entre sus funciones, el aparato puede tomar la temperatura y hacer diagnósticos. Habla tres idiomas y traslada toda la información al equipo médico.
Se llama Grace y es una enfermera robot que gracias a sus cámaras térmicas toma la temperatura, hace un seguimiento del estado de salud del e incluso puede hacer de logopeda.
Se trata del último invento de los creadores de Sophia, Hanson Robotics, otro robot que surgió para buscar soluciones ante la pandemia del SARS-CoV-2 y la saturación de los hospitales.
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El objetivo es que Grace trate con pacientes aislados por coronavirus y también con los que sean muy mayores. La cámara térmica de su pecho le permite medir la respuesta de los pacientes ante un tratamiento. Utiliza inteligencia artificial para obtener un diagnóstico del paciente y comparte toda la información con el equipo médico humano. Habla inglés, mandarín y cantonés.
Es bastante realista, su diseño se asemeja a la interacción humana, su rostro, su ropa y sus gestos imitan a una enfermera humana. Su cara está conformada por 48 músculos que le permiten gesticular.
La empresa Awakening Health, que ha trabajado en el modelo junto a Hanson Robots, tiene planeado producir en grandes cantidades su versión beta en agosto, según ha anunciado el director ejecutivo de la compañía, David Lake, a la agencia Reuters.
En un vídeo de presentación, Grace destaca su «empatía» y capacidad de comunicarse «con los familiares de los enfermos». Para Grace, «la salud mental» es un aspecto muy importante y también está junto a los enfermos en actividades que les aportan «bienestar». Su objetivo es «tener un impacto positivo en el sector de la salud».