La conversación sobre el empoderamiento femenino puede dirigirse a diferentes aspectos, desde el ámbito profesional, pasando por el económico, hasta el político. Sin embargo, un cambio silencioso pero poderoso está en marcha. Cada vez más, las mujeres están reconociendo que la verdadera autonomía comienza con el control de su propia salud.
Desde la menopausia hasta la salud mental, el acceso a la atención médica de calidad, el bienestar físico y emocional se ha convertido en el nuevo campo de batalla para la equidad de género. Lejos de ser un tema secundario, la salud es el fundamento sobre el cual se construyen la productividad, la confianza y la capacidad de las mujeres para participar plenamente en la sociedad.
Este es un movimiento que no se trata solo de la ausencia de enfermedad, sino de la afirmación activa del amor propio. Se trata de desafiar las normas que han silenciado durante mucho tiempo las experiencias de las mujeres, exigiendo tratamientos personalizados y un enfoque holístico que reconozca la complejidad de sus vidas. El empoderamiento, en su forma más pura, es la capacidad de cada mujer para ser la principal defensora de su propio cuerpo y mente.
“Cuando hablamos de empoderamiento nos referimos a una mayor autonomía para las mujeres, a su reconocimiento y a la visibilidad de sus aportaciones. El empoderamiento de las mujeres implica que participen plenamente en todos los sectores y a todos los niveles de la actividad económica para construir economías fuertes, establecer sociedades más estables y justas, alcanzar los objetivos de desarrollo, sostenibilidad y derechos humanos y mejorar la calidad de vida de las familias”, describe el sitio web oficial del Gobierno mexicano.
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Sin embargo, el concepto y su esencia se han relegado en el camino para muchos sectores de la sociedad. Por eso, el empoderamiento femenino no puede existir sin el respeto a las mujeres. “El concepto de empoderamiento de la mujer necesita un rescate inmediato y urgente de las garras de quienes buscan ser los salvadores de la industria para el desarrollo. En el núcleo del empoderamiento de la mujer yace la exigencia de una hermandad global sólida, en la que ninguna mujer sea relegada a la pasividad y al silencio, ni a que sus opciones se limiten a tener una máquina de coser o un pollo”, rescató Rafia Zakaria en una columna de The New York Times.
El poder en la salud
El empoderamiento se basa en tomar el control de las decisiones. Es un concepto que influye positivamente en la salud, a niveles individuales como comunitarios. Aún existen sociedades patriarcales donde la posición de la mujer no es tomada en cuenta, así que su salud puede verse afectada negativamente.
“Los sesgos de género que se desarrollaron debido a la posición marginada de las mujeres en diferentes sociedades, sumado a los enfoques paternalistas de los profesionales de la salud, pueden contribuir significativamente a una mayor comorbilidad. Por lo tanto, el empoderamiento puede ser una herramienta poderosa para lograr la equidad en salud y mejorar el bienestar de las mujeres”, señaló una investigación en National Library of Medicine (NIH).