El candidato del Gobierno actual, Sergio Massa y el liberatario de La Libertad Avanza, partido creado hace muy poco tiempo, a segunda vuelta para elegir un nuevo Presidente de Argentina.
Si, el Presidente actual Alberto Fernández del histórico partido Peronista y su Vice Presidenta Kristina de Kirchner, no se postularon a la reelección. Algo, que en Argentina parece ser Presidentes de corto plazo. Así lo fue Mauricio Macri, de Juntos por el Cambio, quien perdió las elecciones hace 4 años después de no poder recortar la pobreza, una de sus promesas electorales, y ahora Alberto Fernández parece irse por la puerta de atrás. ¿El País? Sumergido en una crisis económica con 130% de inflación y un dólar que parece no tener techo. Irónico.
El candidato del Gobierno, Sergio Massa, Ministro de Economía, tuvo una buena elección con el 36% seguido de Javier Milei con 30% y tercera Patricia Bulrich, la candidata del partido de Mauricio Macri, con 23% la gran perdedora. En Argentina esto requiere una segunda vuelta de votación entre los dos primeros.
Las negociaciones empiezan. En sus discursos de campaña ambos candidatos se focalizaron en atraer los votos de los partidos minoritarios, en blanco y a los que no votaron, aunque las elecciones Argentinas son obligatorias, solo el 70% hizo el ejercicio al voto, aún así el doble de los votos en elecciones generales en los Estados Unidos. En las próximas 4 semanas los acuerdos políticos de ambos candidatos con el resto serán claves para ganar la Presidencia del País.
Sergio Massa promete inclusión y unión para un nuevo País, difícil de entender ya que el Gobierno actual no lo lleva a cabo. Por otro lado tiene experiencia, tiene positividad y una relación aceptable con los Estados Unidos y también con China. Aún más importante, Sudamérica es su gran aliado ya que la región en sus últimos años se volvió populista, y en algunos países socialistas y de izquierda. Al mismo tiempo, el pasado lo condena criticando duramente al Gobierno de Kirchner y la corrupción, que ahora parece olvidar.
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Y en el otro rincón del ring de batalla, Javier Milei, pregonando libertad, con poca paciencia y cordura. Algo tal vez que Argentina añora después de años de dictadura militar en los 70s y 80s y restricciones de economía de los tullimos 20 años con el Gobierno actual.
Sus críticas duras al Papa Francisco no se toleran a nivel internacional (como criticar a Messi después de ganar el Campeonato Mundial de Fútbol) y querer dolarizar la economía, algo impracticable, aunque las transacciones en la informalidad se practican en la moneda estadounidense con en al mayoría de los países de la región.
¿Y entonces? Las opciones son poco alentadoras. Seguir con el modelo actual inmerso en sospechas de corrupción, con escasez de productos por falta de valor real debido a la alta inflación y a la divisa internacional a $1000 pesos por dólar. Versus, un modelo totalmente nuevo, que nunca antes gobernó la Argentina, sin base de partido político y con poca representación en la Cámara de Diputados y Senadores lo que hará a Javier Milei casi imposible gobernar a menos por decreto o con poder autoritario, parecido a Trump en este país.
¿Y el País? Parece haber perdido en estas nuevas elecciones Presidenciales. El pueblo decidirá un nuevo Presidente el 19 de Noviembre por un País mejor.
Por: Dario Bellot
Fundador Argentinos en Philadelphia