En 2019, agentes de policía investigaban el presunto secuestro de un niño de 23 meses. Llegaron a la casa de la familia de Nakira Griner en una gélida noche de febrero de 2019, pensaron que era extraño que las ventanas estuvieran abiertas y los ventiladores encendidos, según un fiscal. Entonces olieron un olor a quemado.
Horas después encontrarían los restos descuartizados y quemados del niño en el patio trasero del inmueble.
Nakira Griner enfrenta, casi cuatro años después de su arresto, un juicio donde se le acusa de matar a Daniel Griner Jr. y luego afirmar que había sido secuestrado. A la madre de 28 años se le acusa de asesinato en primer grado, junto con varios otros cargos.
La fiscalía alega que Griner abusó del niño y finalmente lo mató, mientras que la defensa niega que la madre causó su muerte intencionalmente y dijo que el estado se apresuró a juzgarla al acusarla de asesinato.
Griner llamó al 911 la noche del 8 de febrero de 2019 para informar que Daniel había sido secuestrado mientras caminaba hacia una tienda en Bridgeton con Daniel en una carriola y su hijo pequeño atado a su pecho.
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Afirmó que dos asaltantes la tiraron al suelo y que cuando levantó la vista, Daniel y el cochecito ya no estaban. La policía encontró el cochecito vacío en una calle cercana.
Luego la mujer cambió la historia, dijo que Daniel se había caído accidentalmente por un tramo de escaleras en la casa de la familia y que había dejado al niño herido vivo y solo en una carriola en la calle con la esperanza de que alguien lo encontrara y lo ayudara. Sin embargo, luego de pasar por la prueba del polígrafo, Nakira Griner tuvo que admitir que golpeó, mató, mutiló y quemó a su propio hijo.
Al día siguiente, la policía encontró los restos quemados y desmembrados del niño metidos en un bolso de mano de Griner y en bolsas de basura debajo de un cobertizo en el patio trasero de la propiedad de la familia.
Una autopsia encontró que Daniel murió de un traumatismo por fuerza contundente y que sufrió múltiples fracturas óseas. La muerte fue declarada un homicidio.
Por su parte, la abogada de Griner, Jill Cohen, admitió que su cliente era culpable de quemar y deshacerse de los restos del niño y de mentirle a la policía sobre el secuestro, pero dijo que el estado no tiene evidencia creíble del cargo de asesinato.