Si hay un plato que deleita el paladar de todos los venezolanos es el de pabellón. Esta delicia se comienza a preparar en los hogares desde el día anterior, pues incluye granos que deben ablandarse y recibir un tratamiento especial antes de ser degustados por los comensales.
El pabellón es típico y distintivo de la cocina venezolana. Está conformado por arroz blanco cocido, carne mechada guisada, caraotas y plátano maduro frito. Se sirve con un poco de queso blanco llanero.
Aparentemente, sus orígenes datan de la época colonial, cuando los esclavos hacían uso de las sobras de comida del día anterior, que era servida por los dueños o señores de las haciendas, y así armaron este plato que hoy lleva sello venezolano.
Hay variantes de este plato tradicional, una de ellas es conocida como pabellón con baranda, porque las tajadas del plátano se sirven alrededor del plato y no sobre los ingredientes.
Pabellón a caballo y su variante margariteña
También es conocido el pabellón a caballo, al cual se le agrega huevo frito. Cuando el pabellón se sirve en el desayuno y no en el almuerzo, puede incluir arepas, queso rallado y huevos revueltos.
Otra opción es el pabellón margariteño, en el que las caraotas llevan un toque de azúcar y, en reemplazo de la carne, puede ser servido con pescado o marisco. Se come y se toma de bebida el refrescante papelón.
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Hay quienes sirven una alternativa que es vegetariana y que, en lugar de carne mechada, lleva berenjenas. Este plato ha recibido el nombre de pabellón nacional, ya que no hay un habitante ajeno a esta delicia.