Dos temas lideraron la misa de Domingo de Resurrección del papa, las guerras y su violencia, y el acceso a las vacunas contra COVID-19 por parte de países más pobres.
Francisco dedicó su discurso pascual, antes de la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), a los más vulnerables, los enfermos de COVID-19, los migrantes, las personas que debido a la pandemia viven en la precariedad y las poblaciones que sufren las guerras.
«¡Todavía hay demasiadas guerras y demasiada violencia en el mundo!», dijo el papa argentino, mientras enumeraba algunos de los conflictos más devastadores, como el de Siria, Yemen y Libia.
«La pandemia todavía está en pleno curso, la crisis social y económica es muy grave, especialmente para los más pobres; y a pesar de todo –y es escandaloso– los conflictos armados no cesan y los arsenales militares se refuerzan».
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Pidió silenciar «el clamor de las armas en la querida y atormentada Siria, donde millones de personas viven actualmente en condiciones inhumanas, así como en Yemen, cuyas vicisitudes están rodeadas de un silencio ensordecedor y escandaloso, y en Libia, donde finalmente se vislumbra la salida a una década de contiendas y enfrentamientos sangrientos».
También mencionó a los que en Birmania, donde hace dos meses se produjo un golpe de Estado y los militares reprimen con sangre las protestas.
Pronunció su homilía desde una basílica de San Pedro con muy pocos asistentes. Normalmente, preside estas celebraciones ante decenas de miles de fieles en el Vaticano. Pero esta vez, por segundo año consecutivo, las restricciones contra la COVID-19 en Italia han impedido este tipo de actos.
Sobre la crisis sanitaria, Jorge Bergoglio, después de rendir homenaje a los médicos y enfermeras en primera línea de la pandemia, recordó que «las vacunas son una herramienta esencial en esta lucha».
«En el espíritu de un ‘internacionalismo de las vacunas’, insto a toda la comunidad internacional a un compromiso común para superar los retrasos en su distribución y para promover su reparto, especialmente en los países más pobres», dijo.