La socialité estadounidense Kim Kardashian, de 39 años, confesó en Instagram el miércoles por la mañana el drama que vive con su esposo, el rapero Kanye West. La noche del martes, el cantante colapsó vía Twitter.
«Aquellos que entienden las enfermedades mentales o incluso el comportamiento compulsivo saben que la familia es impotente a menos que el miembro sea menor de edad», escribió Kardashian en una serie de historias a sus 180 millones de seguidores. «Entiendo que Kanye está sujeto a críticas porque es una figura pública y sus acciones a veces pueden causar fuertes opiniones y emociones. Es una persona brillante pero complicada que, además de las presiones de ser un artista y un hombre negro, experimentó la dolorosa pérdida de su madre, y tiene que lidiar con la presión y el aislamiento que aumentó su trastorno bipolar», explicó.
«Los que están cerca de Kanye conocen su corazón y entienden que sus palabras algunas veces no se alinean con sus intenciones», dijo.
Kardashian está casada con el rapero desde 2014 y tiene cuatro hijos con él: North (7), Saint (4), Chicago (2) y Psalm (1). «Como muchos de ustedes saben, Kanye tiene un trastorno bipolar. Cualquiera que tenga esto o tenga un ser querido en su vida que lo sepa, sabe lo increíblemente complicado y doloroso que es comprenderlo. Nunca he hablado públicamente de cómo esto nos ha afectado en casa porque soy muy protectora con nuestros hijos y el derecho de Kanye a la privacidad en lo que respecta a su salud. Pero hoy, siento que debería comentarlo debido al estigma y los conceptos erróneos sobre la salud mental».
Anoche, el cantante acusó a su esposa de intentar encerrarlo y comparó a su suegra con el dictador norcoreano Kim Jong-un. «Kris (Jenner) y Kim emitieron un comunicado sin mi aprobación… eso no es lo que una esposa debería hacer. La supremacía blanca». También dijo que había intentado separarse de la empresaria cuando en noviembre de 2018 su mujer se encontró con el rapero Meek Mill en un hotel. Sin embargo, minutos después los borró.
West protagonizó este domingo su primer acto de campaña tras anunciar su candidatura a la Presidencia de EE. UU, un peculiar mitin en Carolina del Sur en el que propuso premiar con un millón de dólares a quienes tengan un bebé y generó polémica con unos comentarios sobre la esclavitud.
Vestido con un chaleco antibalas con la palabra «seguridad» escrita delante, el rapero lloró cuando se le preguntó sobre el aborto, dijo recordar cómo su padre quiso interrumpir el embarazo de su madre y que él pensó en hacer lo mismo cuando su esposa, Kim Kardashian, estaba embarazada.