Estados Unidos, la nación epicentro mundial de la pandemia por coronavirus, con más de 1 millón 500 mil de casos positivos sin contar con los asintomáticos y 92 muertes 333 a la fecha, sigue convencida que es necesario sacar del país a los inmigrantes que están en trámites de asilo porque son agentes potenciales en la propagación del coronavirus.
Esta política emanada de la Casa Blanca en marzo y dos veces prorrogada, autoriza a las Aduanas y Protección Fronteriza a expulsar inmediatamente a los migrantes, incluyendo a las personas que solicitan asilo, como una forma de prevenir la posible propagación del virus mientras están en custodia.
La acción se traduce en una limpieza de las fronteras ocupadas por las varias olas migratorias que están en solicitud de protección y asilo. Recientemente se emitió una nueva orden redactada por un alto funcionario de salud de los EE.UU., el doctor Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., que autoriza a Aduanas y Protección Fronteriza a expulsar inmediatamente a los migrantes, incluyendo a las personas que solicitan asilo, como una forma de prevenir la posible propagación del virus.
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De acuerdo a lo que se sabe de la medida Ejecutiva, la nueva versión de la orden, en particular, no tiene una fecha de finalización fija, aunque dice que el CDC revisará los datos de salud pública cada 30 días para asegurarse de que siguen siendo necesarios.
Limpieza étnica
Esta “limpieza étnica preventiva”, ha sido defendida por funcionarios de la administración quienes lidian sin apuros con las críticas de los defensores de los derechos humanos que dicen que los EE.UU. están usando la salud como pretexto para negar a las personas el derecho a solicitar asilo y para promulgar políticas de inmigración destinadas a atraer a los partidarios del presidente en un año electoral.
Andrea Flores, subdirectora de política de inmigración de la Unión Americana de Libertades Civiles, dijo que “el objetivo de Trump no es proteger nuestra salud, sino sembrar la división y avanzar en su agenda política”.
Bajo esta política, la CBP ha estado enviando a los migrantes mexicanos y centroamericanos que encuentran a lo largo de la frontera suroeste de vuelta a México en unas dos horas. Está entregando a personas de otros países al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas para su rápida repatriación, retirando a personas que podrían haber permanecido en el país durante meses, o incluso años, para tramitar sus solicitudes de asilo.
Inmigrantes “de tercera” cero
Las personas víctimas en otras latitudes de persecuciones, torturas, maltratos, desapariciones y peligros de muerte, ya no pueden mirar a los Estados Unidos como un lugar donde refugiarse. Los desesperados en su mayoría son centroamericanos, pobres, sin niveles sobresalientes de instrucción académica.
Human Rights First, una organización no partidista de derechos humanos, dijo que la orden ya ha sido utilizada por la CDC para bloquear y expulsar a miles de solicitantes de asilo a lugares peligrosos.
Eleanor Acer, directora principal del grupo para la protección de los refugiados, dijo que “esta nueva extensión de la orden del CDC pondrá fin a las protecciones de los refugiados estadounidenses y de los niños en la frontera de forma indefinida, poniendo en peligro en lugar de salvar vidas”.
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“Hay pocas dudas de que la administración Trump ejercerá esta prohibición indefinida de expulsar y bloquear a los solicitantes de asilo y a los niños durante muchos meses o más, posiblemente hasta que esta administración ya no esté en funciones”.
Los Estados Unidos también están expulsando rápidamente a los migrantes que se encuentran entrando a través de la frontera norte con el Canadá, aunque hay muchos menos que a lo largo del suroeste.