Tensión migratoria por presencia de tanques en fronteras de Ecuador y Perú. Un intimidante despliegue de vehículos blindados y efectivos militares en las fronteras de ambos países se ha observado en los últimos días. La movilización castrense tiene el propósito de disuadir a la migración ilegal, especialmente la de venezolanos que a diario atravesaban los pasos limítrofes clandestinos.
La situación evidencia el perpetuo drama del éxodo de los nativos de Venezuela así como la tensión que este genera en los países que son devastados por la pandemia de la COVID-19 y la crisis económica.
El primero en movilizar personal militar fue el Gobierno de Perú que ordenó el traslado unidades blindadas del Ejército a la frontera con Ecuador el pasado 26 de enero con el propósito de controlar el ingreso de los migrantes indocumentados.
Más de 50 vehículos del Ejército peruano, incluidos tanques, carros de combate, blindados, patrulleros y más de 1.200 uniformados fueron ubicados a lo largo de la ribera izquierda del río Zarumilla que marca la frontera entre Perú y Ecuador.
La medida denominada “operativo de control” por parte de las autoridades peruanas, tiene el firme propósito de impedir el paso a los migrantes ilegales que pueden transmitir el coronavirus. Por tal razón han ubicado a uniformados en 30 pasos fronterizos clandestinos que han sido identificados como los más frecuentemente utilizados por la inmigración ilegal.

Dos días después Ecuador anunció el reforzamiento de los destacamentos militares y la incorporación de 20 vehículos tácticos para ampliar la movilidad de sus patrullas en la frontera con Perú, con el objetivo de patrullar y detener el ingreso de migrantes por los pasos irregulares.
El ministro ecuatoriano de Defensa, Oswaldo Jarrín, explicó que la media fue asumida tras los diálogos sostenidos con las autoridades peruanas en torno al tema de los migrantes ilegales.
Ambos “operativos de control” forman parte de la coordinación de las Fuerzas Armadas de los dos países con la finalidad de atajar la inmigración irregular que en su mayoría es de venezolanos que transitan por las denominadas trochas por donde el flujo de migrantes es constante. La semana pasada las autoridades anunciaron la detención de unos 500 inmigrantes en distintos puntos de la región peruana de Tumbes.
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“Nos dimos cuenta que hace falta reforzar con personal; tenemos destacamentos permanentes a lo largo de la línea fronteriza, algunos fueron levantados y vamos a tener que volverlos a reactivar”, anunció el ministro Jarrín.
Como consecuencia del cierre de fronteras debido a la crisis sanitaria, el movimiento migratorio de venezolanos por diversas rutas de la región ha aumentado. Unos intentan regresar al otrora país petrolero mientras otros deciden enrumbarse a los países suramericanos en busca de una mejor calidad de vida y huir del hambre y el desempleo que azotan a Venezuela.
Después de Colombia el país que más venezolanos alberga es Perú con más de un millón de inmigrantes desde 2016 según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que cifra en 5,4 millones el éxodo migratorio de Venezuela.
A partir de junio de 2019, Perú solo permite el ingreso de venezolanos con pasaporte y visa humanitaria tramitada en alguno de sus consulados en Venezuela, Colombia y Ecuador.