Muchos recuerdan al Hotel Cecil por sus extraños casos de desaparición, pero especialmente por lo que ocurrió en el año 2013.
Una mujer canadiense llamada Elisa Lam llegó al hotel para pasar unos días en Los Ángeles. Poco tiempo después, encontraron su cadáver en la azotea de ese mismo hotel, flotando en un tanque de agua. La muerte de Lam sigue considerándose uno de los grandes misterios de la historia reciente de la ciudad.
No había pistas, ni sospechosos, y se decretó que la muerte le había sobrevenido de forma accidental. Nadie creyó nunca la versión oficial y Lam se convirtió en uno de esos nombres recurrentes cuando se hablaba de conspiraciones y encubrimientos.
Al Hotel Cecil lo rodea un aura de misterio y leyendas oscuras. Los vecinos del establecimiento (situado en el downtown de Los Ángeles) lo llamaban «Hotel Muerte» y la leyenda decía que no había habitación del hotel en la que no hubieran asesinado a alguien. Richard Ramírez, uno de los asesinos en serie más conocidos de la historia de California al que apodaban «el acosador nocturno», entró allí en una ocasión cubierto de sangre y no tuvo ningún problema para regresar a su habitación.
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Netflix mostrará con una docuserie de cuatro episodios que arrancan con la única filmación que se conserva del caso de Elisa Lam, la historia del Hotel Cecil.
Una cámara de seguridad grabó a la mujer en un ascensor comportándose de un modo extraño, lo que a su vez dio pie a un montón de teorías. La serie explora no solo el caso de Lam, sino la degradación de aquella parte de la ciudad.