La Clínica Mayo define la disfunción eréctil como “la incapacidad de lograr o de mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales. También se conoce como impotencia”. No obstante, tener problemas de erección de vez en cuando no siempre es motivo de alarma, pero podría esconder padecimientos cardiovasculares.
El proceso de erección involucra el cerebro, las hormonas, las emociones, los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos, así que la disfunción eréctil puede estar asociados a cualquiera de estos.
“Este trastorno sexual aparece como consecuencia tras algunos cuadros cardiovasculares, pero también puede ser un preaviso de un problema cardiovascular”, le dijo Venancio Chantada, jefe de Urología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), a El País.
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“Los factores de riesgo cardiovasculares, como la diabetes, la hipertensión, el sedentarismo o el tabaco, son los mismos que hay para la disfunción eréctil, porque [esta afección] no deja de ser también una interacción vascular”, aseguró al mismo medio Josep Torramadé, coordinador nacional de Andrología de la Asociación Española de Urología.
Un artículo de The New York Times aseguró que más de la mitad de los hombres de más de 40 años experimentarán algún tipo de problema eréctil, y eso aumenta con la edad, pero hombres de entre 20 y 30 años también pueden verse afectados.
Aún, el tema es un tabú, una encuesta realizada por PR Newswire señaló que solo el 51% de los hombres con disfunción eréctil han hablado del tema con su médico, y aún menos lo han hecho con sus propias parejas.