Cada 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra la lucha del Cáncer. En la actualidad la mayoría conoce al menos a una persona que haya sufrido de algún tipo. Es un padecimiento que vive entre nosotros.
Es una enfermedad que hace que un grupo de células del organismo crezcan de manera anómala e incontrolada dando lugar a un bulto o masa. Esto ocurre en todos los cánceres excepto en la leucemia. Si no se trata, el tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo diseminándose a otros órganos y tejidos.
El lema de este año es «Cerrar la brecha de atención», es un llamado a todos, de manera colectiva e individual, a comprometerse a fortalecer las acciones destinadas a mejorar el acceso a una atención de calidad, incluido el tamizaje, la detección temprana, el tratamiento y los cuidados paliativos.
En el continente americano es la segunda causa más frecuente de morbilidad y mortalidad, después de las enfermedades cardiovasculares. Se estima que 4 millones de personas fueron diagnosticadas en 2020 y 1,4 millones murieron por esto. Aproximadamente, el 57% de los nuevos casos de cáncer y el 47% de las muertes ocurren en personas de 69 años o más jóvenes.
De acuerdo a cifras de la Organización Panamericana de Salud (OPS), hubo 20 millones de nuevos casos de cáncer y 10 millones de muertes por cáncer. La carga del cáncer aumentará aproximadamente en un 60% durante las próximas dos décadas, lo que afectará aún más a los sistemas de salud, a las personas y a las comunidades. Se prevé que la carga mundial por cáncer aumente a unos 30 millones de nuevos casos para 2040, y el mayor crecimiento se producirá en países de ingresos bajos y medianos.
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Si no se toman medidas para prevenir y controlar el cáncer, se prevé que el número de personas que serán diagnosticadas con cáncer aumentará en un 55%, lo que significa aproximadamente 6,23 millones de personas para 2040 en la Región de las Américas.
Prevenir y controlar
El primer paso para la prevención es el conocimiento. Ir periódicamente al chequeo médico, estar atentos a las señales e intentar llevar un estilo de vida más saludable. Los factores de riesgo modificables más comunes para el cáncer son:
- Consumo de tabaco
- Baja ingesta de frutas y verduras
- Consumo nocivo de alcohol
- Insuficiente actividad física
Algunos factores de riesgo específicos para el cáncer incluyen las infecciones crónicas por virus del papiloma humano (HPV) -para cáncer cervicouterino-, hepatitis B o C – para cáncer de hígado-, y H pylori -para cáncer de estómago.
De un tercio a la mitad de los casos de cáncer pueden prevenirse reduciendo la prevalencia de los factores de riesgo conocidos. El control del tabaco y la vacunación contra VPH son ejemplos de intervenciones. La prevención primaria del cáncer más eficaz se basa en enfoques de todo el gobierno, con legislación, regulación y políticas fiscales combinadas con actividades para cambiar el comportamiento individual y de la comunidad. Los mensajes de salud pública y la promoción de la salud deben presentar evidencia sobre factores de riesgo específicos, señaló la OPS.
La Organización World Cancer Day estima que más de un tercio de los casos de cáncer se puede prevenir. Otro tercio se puede curar si se detecta en forma temprana y se trata adecuadamente. Al implementar estrategias con recursos apropiados para la prevención, la detección temprana y el tratamiento, se pueden salvar millones de vidas por año.