El Día de la Tierra es especial para tomar conciencia sobre problemas como la contaminación, la conservación de la biodiversidad y la necesidad de proteger el planeta.
En 1969 el senador estadounidense Wisconsin Gaylord Nelson, un político demócrata, tuvo la idea de organizar una protesta para proteger el medio ambiente, teniendo como modelo las manifestaciones que se produjeron durante la década de 1960 en contra de la guerra de Vietnam.
Así, junto al activista Denis Ayer, precursor del movimiento ecologista moderno, Nelson fue el pionero en la celebración del primer Día de la Tierra, el 22 de abril de 1970, hace ya más de medio siglo.
Claramente las necesidades han cambiado. Hay más especies en peligro y otros desaparecidas, la sobrepoblación sigue siendo un gran inconveniente, así como la inexistente alineación y respeto por algunas de las grandes industrias con el ambiente. Ahora, tenemos sobre el tapete el problema de las enfermedades zoonóticas, posible origen del nuevo coronavirus, presentes, en parte, por la invasión del ser humano al hábitat de algunas especies.
Hoy día, hay más información al respecto, que se acompañan con recursos y herramientas tecnológicas, pero también hay más ruido y la sobreinformación genera lo mismo que la falta de ella: oscuridad.
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La profesora adjunta del Instituto de Recursos Mundiales en Washington DC, Amy Cassara, le dijo a NatGeo que, desde el comienzo del Día de la Tierra, la conciencia ambiental ha pasado de ser una cuestión marginal a convertirse en toda una preocupación general. «El 80 por ciento de los estadounidenses se describen como defensores del meidoambiente».
«El impacto sobre el medio ambiente ha ido cambiando hasta convertirse en algo abstracto y difíciles de explicar», aseguró Cassara. «A medida que nos industrializamos, nuestras cadenas de abastecimiento se van haciendo menos transparentes, por lo que las consecuencias de nuestras acciones sobre el medio ambiente son más difíciles de entender».
Las cifras eran alentadoras al inicio de la pandemia, pero ya eso cambió. Las emisiones globales de CO2 han vuelto ya a los niveles previos a la pandemia pese a las noticias y los discursos bienintencionados que vivimos durante el confinamiento. Si tenemos en cuenta que deberíamos reducir nuestras emisiones de dióxido de carbono en un 43% antes de 2030 para mantener a raya el calentamiento global a 1.5°C, la magnitud del desafío que tenemos por delante no es sencillo.
Este año el comité organizador ha preparado tres días de actividades, del 20 al 22 de abril, en lo que se conoce como la Semana de la Tierra. Algunas organizaciones ambientalistas realizarán encuentros virtuales. En los Estados Unidos, el presidente Biden invitó a cuarenta líderes mundiales a una cumbre virtual que tratará, precisamente, la urgencia que requieren las medidas. La reunión, que se celebrará los días 22 y 23 de abril, se retrasmitirá en streaming a causa de la pandemia.