El gobernador de Florida, Ron DeSantis, afirmó que su administración insistirá en regular la inteligencia artificial (IA) a nivel estatal, pese a la orden ejecutiva del presidente Donald Trump, que busca establecer una única normativa federal y frenar las iniciativas locales. El anuncio se produjo durante un evento académico sobre tecnología realizado en la Florida Atlantic University (FAU).
DeSantis rechazó la interpretación de que la directiva presidencial impida a los estados legislar sobre la materia. Según explicó, la orden de Trump no anula las competencias estatales para proteger a los ciudadanos frente a los riesgos asociados al uso de la inteligencia artificial. “El presidente emitió una orden ejecutiva, y algunas personas estaban diciendo: ‘Bueno, esto impide a los estados hacerlo’. No, no lo hace”, sostuvo.
En fecha reciente, Trump anunció una orden ejecutiva destinada a centralizar la regulación de la IA a nivel federal, con el argumento de evitar un mosaico de leyes estatales que, a su juicio, podría limitar el desarrollo tecnológico. Como parte de esa estrategia, el presidente instruyó a la fiscal general, Pam Bondi, a crear un equipo especial de litigio para demandar a los estados que aprueben regulaciones propias en esta área.
Pese a esa advertencia, DeSantis minimizó el alcance práctico de la iniciativa federal y reiteró que Florida continuará avanzando en su propia agenda. Días antes del anuncio de Trump, el gobernador presentó una propuesta para crear una “Carta de derechos de la inteligencia artificial”, orientada a la protección de los consumidores y de los menores de edad, así como un paquete de normas vinculadas a la instalación de centros de datos.
“El control debe seguir estando en manos de la gente”, señaló DeSantis al defender la idea de promover el desarrollo tecnológico sin ceder decisiones clave a sistemas que, según dijo, no siempre son plenamente comprensibles o controlables. En ese marco, subrayó que el estado apoyará la innovación pero con límites claros.
Una Carta de Derechos
La denominada Carta de derechos de IA contempla protecciones contra el uso de imágenes generadas artificialmente, conocidas como deepfakes, con especial énfasis en los contenidos que involucren a menores. También plantea prohibiciones para que agencias públicas utilicen herramientas de inteligencia artificial desarrolladas en China, así como restricciones al uso del nombre o la imagen de una persona sin su consentimiento.
El proyecto incluye, además, la prohibición de ofrecer servicios de terapia mediante inteligencia artificial y de vender datos de los usuarios obtenidos a través de estas tecnologías. Para el gobierno estatal, estas medidas buscan prevenir abusos y establecer un marco ético ante la rápida expansión de la IA en la vida cotidiana.
Otro eje de la propuesta de DeSantis se centra en los centros de datos necesarios para sostener el crecimiento de la inteligencia artificial. El gobernador planteó leyes que impidan trasladar a los consumidores el aumento de tarifas energéticas derivado de estas instalaciones y que otorguen a las autoridades locales la facultad de vetar su construcción.
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Aunque Florida aún no alberga centros de datos de hiperescala, DeSantis advirtió sobre su impacto potencial. Como ejemplo, mencionó una instalación de Meta en Luisiana, cuyo consumo energético, dijo, equivale al de una ciudad de medio millón de habitantes.
El gobernador confió en que Florida podrá defender su legislación frente a eventuales demandas federales, al considerar que el estado está facultado para dictar normas destinadas a proteger a los menores y a los usuarios.

































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