Kellyanne Conway casualmente dejó caer una bomba en una entrevista con Chris Cuomo en CNN. Ella dijo que posiblemente Robert Mueller no presente un informe final sobre la investigación de Rusia. Durante muchos meses, el público se ha preguntado sobre el resultado final de la investigación que comenzó el 17 de mayo de 2017 y ha estado bajo la supervisión del Departamento de Justicia. Hubo una serie de acusaciones y algunas personas cercanas al presidente, como su ayudante Michael Flynn, su abogado Michael Cohen, el Gerente de Campaña 2016 Paul Manafort terminaron en problemas legales.
Conway dijo que posiblemente el público nunca vea un informe, aunque Mueller presente uno. Ella argumentó que el público estadounidense no quiere ver un informe, algo absolutamente falso. Y no es Mueller quien debe hacerlo. Debe informarle al Fiscal General, quien debe enviar un resumen al Congreso. Desde el primer día de la administración de Trump, nos hemos preguntado si este presidente está bajo el control de Vladimir Putin. Durante las conferencias de prensa, las entrevistas televisivas y, sobre todo, en la Cumbre de Helsinki, Trump parecía alineado con el líder ruso. Hay sospechas justificadas de que Putin ha controlado a Trump mediante un chantaje, y que el ruso tiene pruebas que puede usar contra Trump. Como ex agente de la KGB, no sería sorprendente que Putin estuviera usando trucos conocidos utilizados por los rusos durante la Guerra Fría. Por otro lado, Trump nunca le ha dado al público razón para creer que está libre de la influencia de Putin, sino todo lo contrario, ya que muchas de sus acciones han tendido a beneficiar a Putin y perjudicar a nuestro país. Al retirar este país de los acuerdos climáticos de París, los Acuerdos Transpacíficos y no mostrar apoyo a la OTAN, Trump ha ayudado a la agenda rusa. Igualmente inquietante ha sido su apoyo al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed Bin Salman, el autor intelectual del asesinato del periodista saudí Jamal Kashoggi.
Donald Trump ha aislado a nuestra nación negándose a actuar en concierto para resolver la crisis climática, o enfrentar las amenazas a la democracia en todo el mundo. Se encuentra cada vez más aislado, poco dispuesto a aceptar el consejo de sus propias agencias de inteligencia, mintiendo sobre la amenaza de caravanas desde el sur y utilizando una orden ejecutiva para declarar una emergencia no existente. Ha sido ayudado e instigado por un Partido Republicano supino durante los primeros dos años de su administración. Él ha gobernado desde el púlpito de Twitter para socavar las instituciones que nos mantendrían informados y debilitar un sistema de Justicia que lo enjuiciaría por sus delitos. Los medios de comunicación se han convertido en “el enemigo de la gente”, mientras que sus secuaces lo ayudan a configurar una realidad alternativa. Pero todo esto está llegando a su fin, y en este punto no importa si Trump es solo el “co-conspirador no acusado” de Mueller. El hedor de la corrupción y la colusión impregna el aire, y él no puede devolver a ese genio a la lámpara. Lo que sea que esté en el Informe Mueller tenemos el derecho de saberlo.
Editorial