La odisea del crucero británico MS Braemar por el Mar Caribe, con cinco casos de COVID-19 y más de un millar de personas a bordo, llegó a su fin en Cuba que permitió la entrada de la embarcación y garantizará la evacuación de los pasajeros que retornarán en cuatro vuelos gestionados por Londres.
La Habana accedió a una petición del gobierno británico de recibir a la nave, por “consideraciones humanitarias”. El Ministerio de Relaciones Exteriores cubano declaró que se decidió permitir recalar al buque en vista de la urgencia de la situación y del peligro para las personas enfermas.
El gobierno cubano señaló que se tomarán las medidas de higiene requeridas para recibir a todos los pasajeros de acuerdo con los protocolos establecidos por la OMS y el Ministerio de Salud de Cuba.
La entrada en aguas cubanas se produjo a primera hora de la mañana de este martes 17 de marzo, confirmó el subdirector de Comunicación de La Habana, Juan Antonio Fernández.
Actualmente el MS Braemar se observa a unos 10 kilómetros de distancia del litoral de Mariel, distante unos 50 kilómetros al oeste de la Habana, y atracará en el puerto a primera hora del miércoles 18 de marzo según informó el representante del Gobierno.
El MS Braemar permanecía anclado frente a las costas de Bahamas desde el pasado 12 de marzo tras serle denegada la posibilidad de recalar en los puertos de la zona.
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El traslado de los pasajeros se realizará de modo directo desde el puerto de Mariel hasta la pista del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana para abordar cuatro vuelos chárter dispuestos por las autoridades británicas, informó Fernández.
Dentro del Braemar permanecen 682 turistas y 381 miembros de la tripulación. Además de los cinco enfermos, en el crucero hay veinte viajeros y otros veinte tripulantes -entre ellos un médico- aislados por tener síntomas de gripe.
Cuba ya ha confirmado cinco casos de coronavirus en su territorio. El último reportado corresponde a un ciudadano cubano de 63 años que regresó de España, los cuatro restantes son otro isleño infectado por su esposa, una boliviana residente en Italia, y tres italianos, uno de ellos en estado crítico en un hospital de La Habana.