A la fecha al menos 132 miembros de las fuerzas del orden han muerto por Sars-CoV-2 en 2021. Este conteo parcial se haya en la página Officer Down Memorial. La COVID-19 fue la primera causa de muerte policial en 2020, de allí una creciente frustración. Esta desilusión está en las familias que perdieron a seres amados que eran agentes de la ley. También la tienen las autoridades que revelan a agentes policiales y bomberos en la lista de reticentes a vacunarse.
Los datos son claros en National Law Enforcement Officers Memorial Fund. En el primer semestre de 2021 el luto sigue activo. A la fecha 71 funcionarios de las fuerzas del orden en Estados Unidos murieron a causa del virus. Es una pequeña disminución en comparación con los 76 que murieron en el mismo período de tiempo en 2020.
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A pesar de las muertes las contradicciones no cesan. Los agentes de policía y otros agentes de primera respuesta se encuentran entre los más reacios a vacunarse. Sus casos siguen aumentando. Así lo reveló un trabajo de la periodista Stefanie Dazio publicado en The Washington Post.
Primera causa de muerte policial
Los datos luctuosos del cronista capitalino comienzan con una triste historia en Filadelfia. Dazio tuvo acceso a la narración de Octavia Tokley. Ella es la viuda de un oficial de policía de Philly que murió esperando la vacuna. Para ella y sus familiares está claro que la COVID-19 es la primera causa de muerte policial en los Estados Unidos.
Erin Tokley, fue un veterano agente de policía de Filadelfia, ministro baptista y padre de tres hijos. Sucumbió a los 47 años. Murió el 3 de marzo, convirtiéndose en la sexta muerte confirmada por la Policía de Filadelfia a causa de COVID-19.
Los agentes de Filadelfia pudieron recibir sus vacunas por primera vez a finales de enero. Tokley estaba ansioso por recibirlas lo antes posible. Pero cayó enfermo a principios de febrero, antes de su cita agendada para el 11 de marzo.
El año pasado, el número fue de 241. La cifra convierte al virus en la principal causa de muerte de las fuerzas del orden en acto de servicio. Con voz para los compañeros de trabajo de su esposo y otros primero en responder Octavia Tokley hizo un comentario. “Me entristece que no lo vean como una precaución más de seguridad”, dijo. ” Llevan máscaras, llevan chalecos antibalas. Te proteges. Eso es lo que haces, proteges y sirves”.
Reacios a colocarse la vacuna
Según las notas de The Washington Post, a pesar de las muertes, los agentes de policía y otros trabajadores de primera respuesta se encuentran entre los más reacios a vacunarse y sus casos siguen aumentando.
The Post precisó que no hay estadísticas nacionales que muestren la tasa de vacunación de la población de primeros auxilios. Los departamentos de policía y de bomberos de EEUU si tienen el dato. Registran cifras muy inferiores a la tasa nacional del 74% de adultos que se han vacunado al menos una vez.
Los dirigentes de las ciudades, frustrados, están promulgando mandatos para sus empleados municipales. Ellos saben que la primera causa de muerte policial en la infección por la COVID-19. Agentes de policía y bomberos abultan la lista a medida que aumenta la variante delta.
Las consecuencias de los mandatos van desde la realización de pruebas semanales hasta la suspensión o el despido. Se trata de un marcado contraste con el comienzo del despliegue de la vacuna. En ese momento se daba prioridad a las vacunas para los trabajadores de primera línea. Sin embargo muchos uniformados persisten en esgrimir los argumentos de la libertad y la desconfianza.
Un final infeliz
Octavia Tokley, viuda de 41 años de Filadelfia, recibió su primera dosis. Lo hizo sólo tres días después de la muerte de su marido. Se derrumbó en los brazos de un desconocido por el dolor mientras esperaban en la cola. La periodista Stefanie Dazio contó el episodio. Su hija de 5 años, Amethyst, pregunta constantemente por qué su padre no se vacunó también.
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Lo intentó, dijo su madre, pero la vacuna aún no estaba lista para él. Cada noche, su hija lucha por dormirse. “Echo de menos a papá, echo de menos a papá”, llora. “Me siento tan sola, echo de menos a papá”.