La Organización Mundial del Trabajo (OIT) considera que el mercado del empleo se enfrenta con la pandemia de COVID-19 a su “mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial”, con 1.250 millones de trabajadores que corren el riesgo de despidos o de reducción de salarios.
Según un estudio publicado por la agencia de Naciones Unidas, se estima que la pandemia del nuevo coronavirus puede hacer desaparecer 6,7% de las horas de trabajo en el mundo solamente en el segundo trimestre de 2020, es decir el equivalente de 195 millones de puestos a tiempo completo.
Estas duras pérdidas en término de empleos son sobre todo esperadas en países de ingresos intermediarios superiores (100 millones de equivalente tiempo completo afectados), una situación que “va más allá de los efectos de la crisis financiera de 2008-09”.
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Los países árabes y Europa se verán fuertemente afectados debido a su población, pero en términos absolutos la región Asia Pacífico es la que más padecerá la situación en este período del año.
Globalmente, estas devastadores pérdidas en términos de horas trabajadas y de empleos constituyen “la crisis mundial más grave desde la Segunda Guerra Mundial”, según la OIT.
Debido a los confinamientos, en la población activa mundial de 3.300 millones de personas, aproximadamente un 81% están actualmente afectadas por el cierre total o parcial de los lugares de trabajo, según la OIT.
Según la OIT, el mundo del trabajo después del coronavirus dependerá de dos factores: la evolución de la pandemia y las medidas políticas que se adopten para auxiliar a las empresas, preservar el empleo y los ingresos, y estimular la economía.
Para lograrlo, la OIT pide que se activen políticas fiscales y monetarias que estimulen el empleo, así como sistemas de préstamos y apoyo financiero para las empresas. Éstas, por su parte, deben asumir la responsabilidad de “retener a sus empleados y mantenerlos conectados con el mercado laboral”.