A cualquier candidato que haya escuchado la predicción le ha corrido un frío por la espalda. Es un lugar común que los expertos en opinión pública traigan a la mesa la “posibilidad de que un outsider” se cuele en un evento electoral y se alce con la victoria.
Hasta hace poco ese escenario era improbable en los Estados Unidos. Donald Trump en el ámbito nacional, estaba consolidado como la monolítica opción para conducir por un período más los destinos de Washington. Ni escándalos, ni interferencias y menos un impeachment desviarían al neoyorquino de su viaje circular a de noviembre con partida y retorno en la Casa Blanca.
Todo cambió con su llegada. El coronavirus. El virus que se menospreció al principio de la historia, para la administración Trump, se ha trasformado en una pesadilla de relaciones públicas y gobernabilidad que ha estremecido en centro de gravedad de la Casa Blanca.
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Los ademanes, la gestualización y la retórica que partió de la India y se irradió al mundo en medio de unas vacaciones del presidente Trump, cambiaron su aspecto en términos de proxémica y a hoy que Donald Trump se ve cara a cara con la cepa Covid-19, 77 casos en los Estados Unidos, 14 estados y ciudades en la lista de epidemiología y nueve muertes, le ha tocado tomar el abecedario para comenzar a realizar planes que impidan que su reelección corra riesgos.
A cuidar la economía
Si bien es cierto que detener al coronavirus es una variable incontrolable por parte de la Casa Blanca, esa tarea se ha dejado en manos “del mejor sistema de salud del mundo”, de acuerdo a la apreciación que ha hecho pública el Jefe de Estado.
Es así que para proteger su reelección el presidente Donald Trump y sus asociados están creando un sistema de multi diques que contengan al más cobarde de los socios que persona alguna pueda tener: Los capitales.
El presidente está presionando por políticas de estímulo generalmente preferidas por los demócratas, ya que las principales empresas de EE.UU. señalan que los temores de coronavirus podrían sofocar partes clave de la economía estadounidense.
Sobre esta particularidad los periodistas de POLITICO, Nancy Cook y Victoria Guida realizaron un análisis periodístico que indica que Trump está lanzando una lucha urgente para salvar su boleto a la reelección.
El trabajo aborda precisiones que observan que a ocho meses de las elecciones generales, el presidente Donald Trump y los legisladores republicanos están considerando un esfuerzo urgente para rescatar la economía de los Estados Unidos del pánico por el coronavirus.
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De acuerdo a los analistas periodísticos de la corporación editorial con sede en el Condado de Arlington, Virginia, los asesores de Trump y los legisladores republicanos han pasado los últimos días presionando a la Casa Blanca para que desarrolle un paquete de medidas de estímulo económico, diseñado para apuntalar la economía en medio de los crecientes temores sobre la propagación del coronavirus en los EE.UU.
El miedo es viral
El reportaje muestra al principio una escena inocultable. Trump y sus ayudantes han estado golpeando a la Reserva Federal para reducir las tasas de interés – encogiéndose de hombros ante la tradicional independencia del banco central – sólo para conseguir un recorte de emergencia de las tasas el martes y luego ver a los inversores asustados por la señal.
Y están viendo un aluvión de anuncios de las empresas multinacionales de EE.UU. señalando problemas que podrían estrangular la economía estadounidense en los próximos meses.
Uno de los aspectos interesantes, que desvela que la máxima en política que alude a que “hay que hacer lo que se deba hacer”, se muestra al desnudo en estos desesperados momentos para la casa republicana. De acuerdo a la perspectiva editorial diseñada con datos por POLITICO, “el frenético empuje para impulsar la economía está chocando con la ortodoxia republicana que se opone al estímulo a corto plazo durante la última recesión”.
No obstante esa fuerza es un reflejo de lo que algunos republicanos reconocen como una amenaza existencial a la reelección de Trump: un posible descenso de la economía y los mercados financieros en el período previo a una cerrada y acalorada elección presidencial.
“No creo que sea una buena política”, dijo un alto funcionario de la administración. “Toda la letanía de medidas temporales para estimular la economía… No creo que funcione”.
Ideas a contra marea
POLITICO trajo de nuevo a la mesa que durante una reunión con los legisladores la semana pasada, el senador republicano Steve Daines de Montana sugirió a Trump la idea de un recorte temporal del impuesto sobre la nómina para dar a los consumidores empleados dinero adicional, una idea que Daines dijo que a Trump le gustaba lo suficiente como para luego defenderla en Twitter.
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Y eso no para allí. El ADN progresista está activándose en los muros conservadores al punto que el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich está impulsando la idea de un crédito fiscal único para las empresas que traigan la manufactura a los EE.UU. desde China. Y eso hace pensar en qué va a pasar con la guerra iniciada por la Casa Blanca contra Pekín.
Flexibilizaciones prêt-à-porter
Por otro lado POLITICO cita al Secretario del Tesoro Steven Mnuchin, quien dijo recientemente que su agencia hablaría con los reguladores bancarios independientes sobre la flexibilización de las reglas para los prestamistas. Mnuchin también dijo que el Tesoro había creado una fuerza de subtareas para examinar cómo el coronavirus está afectando a las pequeñas empresas.
El frenesí de la discusión se produce cuando la Casa Blanca lucha por establecer la mejor respuesta económica y de salud pública al rápido avance del coronavirus, del cual hay ahora 77 casos en los Estados Unidos en 14 estados y ciudades y nueve muertes.