En la Cámara de Representantes de Florida avanza una controversial ley conocida como “Don’t say gay” (“No digas gay”), la cual intenta prohibir la insistencia en las escuelas de fomentar en los niños de muy corta edad conversaciones sobre las distintas orientaciones sexuales de las personas adultas.
El proyecto de ley cuenta con el respaldo de los republicanos y con el rechazo de los demócratas. Estimular discusiones en clases sobre la naturaleza y las disímiles identidades de género pueden perturbar y confundir las frágiles mentes de los infantes, sostienen los proponentes.
El proyecto de ley inhibe a las escuelas a animar debates en el aula sobre el lesbianismo, los gays, los travestis, transformistas, transexuales, binarios e intersexuales entre otros. Temas que no sean apropiados para la edad o el desarrollo mental.
Como promotor del proyecto de ley el representante republicano Joe Harding confirmó que el estatuto permite a los padres el derecho a demandar si creen que los procedimientos de una escuela infringen su “derecho fundamental a tomar decisiones sobre la crianza y el control de sus hijos”.
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Harding sostiene que su proyecto de ley tiene como objetivo dar a los padres más control sobre lo que aprenden sus hijos. Dijo además que no se silenciarán las discusiones espontáneas, sino que evitaría que un distrito integre dichos temas en su plan de estudios.
Agregó que las escuelas aún podrían tener lecciones sobre el Mes del Orgullo y eventos como la masacre del club nocturno Pulse de 2016 en la que un hombre armado mató a 49 personas en Orlando. Además las escuelas deben ocuparse más en la enseñanza de las ciencias en lugar de instruir a los niños en los valores LGTB.
Críticos a la norma
Aaron DiPietro, director legislativo del conservador Florida Family Policy Council, habló a favor del proyecto y dijo al comité: “Estos son problemas en los que los padres deben involucrarse”. Tras conocerse la propuesta legislativa los demócratas y miembros de la comunidad LGTB saltaron para criticar la norma.
El proyecto de ley “haría que los maestros teman brindar un salón de clases seguro e inclusivo. Realmente dañaría a los estudiantes y familias LGTB, y los estigmatizaría al sugerir que hay algo tan vergonzoso o peligroso acerca de las personas LGTB que no se puede hablar de ello en la escuela”, dijo Julie Wilensky, abogada sénior del Centro Nacional para los Derechos de las Lesbianas.
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La nueva ley se aplicaría a los estudiantes desde el jardín de infantes al quinto grado, pues a esa edad no llegan a comprender lo que algunos adultos se atreven a hacer en la intimidad. Con ello se evitaría que la ideología de género afecte el desarrollo cognitivo de los niños.
“Las conversaciones sobre nosotros no son algo peligroso que deba prohibirse”, dijo Jon Harris Maurer, director de políticas públicas de Equality Florida, a los legisladores en la audiencia.
La nueva ley “silenciaría efectivamente a los estudiantes para que no hablen sobre sus familiares, amigos, vecinos e íconos LGTB”, dijo Kara Gross del capítulo de Florida de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles.