La vigorexia es un problema actual. Para muchos jóvenes, conseguir un cuerpo musculoso es prácticamente una obligación y más en el mundo digital donde cada vez se compite y compara más, y esto hace mella entre los chicos. Los videojuegos están llenos de personajes hipermasculinos, los superhéroes también son así, y esos son los contenidos más populares.
Para algunos médicos esto se ha convertido en un problema, pues refuerza un efecto tóxico en la autoestima, y de eso se trata en parte la vigorexia o dismorfia muscular.
Es un trastorno mental que se deriva de la obsesión por estar cada vez en mejor forma física, lo que a su vez afecta a los hábitos y a la conducta alimentaria, con una ingesta abusiva de proteínas y carbohidratos, acompañado a veces de esteroides anabolizantes, suele afectar a jóvenes entre 18 y 35 años, es más frecuente en los varones.
«El deseo de conseguir la perfección en el alto rendimiento y cumplir con las expectativas, lleva a los deportistas a preocuparse a veces en exceso por la alimentación y se acaben utilizando métodos que conducen a dietas inapropiadas, conductas desordenadas, es decir, a una mala relación con la comida, lo que les lleva a desarrollar trastornos alimentarios clínicos, afectando al rendimiento deportivo y provocando alteraciones emocionales», afirmó a National Geographic la psicóloga deportiva María Cabrera Bolufer.
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Sucede especialmente en deportes donde se exige un peso determinado, así los deportistas lo sufren y lo justifican.
Últimamente ha aumentado la concienciación pública sobre los efectos de las redes sociales en la población adolescente, eso debido en gran parte a la filtración de una investigación interna de Facebook que demuestra que la empresa ocultó los efectos negativos de Instagram. Las presiones van dirigidas tanto a chicas como a chicos.
Según cifras de la Asociación Americana de Psiquiatría, entre un 29% y un 38% de los adultos americanos padece algún problema psiquiátrico durante sus vidas. Se han agudizado el estrés, la ansiedad y la depresión, son grietas que ha dejado el estilo de vida moderno.
Se ha estudiado durante décadas, pero todavía no se ve como un problema de salud como los trastornos de la alimentación. Los investigadores calculan que se desarrolla en uno de cada 500 estadounidenses. Un estudio de la Universidad de California en San Francisco descubrió en el año 2019 que entre los jóvenes adultos más de una quinta parte sufría un trastorno de la alimentación basado relacionado con sus músculos.
No es algo nuevo, la idealización del físico masculino destacó en los 80 con Arnold Schwarzenegger, pero las redes sociales le han dado un impulso a este y otros tipos de problemas.
El tratamiento empieza por buscar ayuda profesional que ayude a modificar necesariamente los hábitos excesivos, contando con un apoyo psicológico para recuperar la autoestima; la educación juega un papel determinante.