El panorama político es incierto en Puerto Rico. A escasas horas para que se haga efectiva la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló (viernes 2 de agosto a las 5:00 de la tarde), no se sabe quién ocupará el cargo como jefe del Ejecutivo de la Isla.
La crisis política que propició la salida de Rosselló se profundizó este jueves luego que el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, atrasara hasta el próximo lunes 5 de agosto la evaluación de la designación de Pedro Pierluisi como secretario de Estado, puesto cuyo ocupante, en primera instancia, sustituye al gobernador, según refiere el diario local El Nuevo Día.
Si los legisladores no logran un consenso para decidir quién será el nuevo gobernador de la isla, la sucesión podría terminar en los tribunales.
La propuesta de Rivera Schatz planteó dudas entre los legisladores sobre quién asumirá el cargo después de la renuncia de Rosselló y cuándo lo hará.
“¡Han secuestrado la democracia en Puerto Rico!”, dijo el senador Eduardo Bhatia, del opositor Partido Popular Democrático.
La última ronda de negociaciones sucedió el jueves 1 de agosto en los pasillos del Capitolio de Puerto Rico, donde Rosselló convocó a una sesión especial para confirmar como su sucesor a Pedro Pierluisi, quien fue representante de la Isla ante el congreso federal estadounidense. Sin embargo algunos legisladores del gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP) se ofendieron porque no fueron consultados sobre la nominación de Pierluisi, además tenían otros planes, según información publicada por el The New York Times.
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Rivera Schatz, quien también aspira a ocupar el puesto de gobernador durante los próximos 17 meses, declaró que Pierluisi no tiene los votos para lograr la confirmación como secretario de Estado, el cargo que lo ubicaría como el sucesor directo de Rosselló. La Constitución puertorriqueña establece que el Senado y la Cámara de Representantes deben confirmar el cargo de secretario de Estado.
El centro de la controversia radica en la Ley 7 del 2005, que enmienda un estatuto de 1952 que establece la sucesión en la gobernación de Puerto Rico ante una vacante. La enmienda dispone que “para advenir al ejercicio permanente del cargo de gobernador, un secretario o secretaria debe ocupar su puesto en propiedad, habiendo sido ratificado su nombramiento, excepto en el caso del secretario de Estado”.
En teoría, dicha enmienda permitiría que Pierluisi tome posesión y juramente como gobernador la tarde de este viernes cuando Rosselló abandone La Fortaleza, sede del Ejecutivo. Pero la constitucionalidad de esa enmienda ha sido puesta en entredicho porque el propio estatuto se contradice en algunas de sus partes y omite disposiciones constitucionales que exigen la confirmación legislativa.
Las minorías políticas del Parlamento advirtieron sobre la inconstitucionalidad de la enmienda y coincidieron al afirmar que, cuando cobre vigencia la renuncia de Rosselló, la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, debe ser quien ocupe la gobernación.
La Cámara de Representantes, que también debe confirmar el nombramiento, programó una audiencia para discutir la situación de Pierluisi este viernes 2 de agosto a las 11:00 de la mañana y se espera que en la tarde se produzca una votación sobre su nominación. Si Pierluisi no logra ganar esa votación, eso acabaría con su postulación, dijo Carlos J. Méndez Núñez, el presidente de la cámara, informó The New York Times.
Pero aunque Pierluisi gane la votación de la Cámara de Representantes, si el Senado no actúa hasta el lunes, su confirmación y la sucesión quedarían en un limbo político a partir de las 5:00 de la tarde de este viernes, que es cuando se hará efectiva la renuncia de Rosselló.