Una relación de pareja es un trabajo más. Es un proceso de dos personas que necesita esfuerzo, entendimiento y empatía. Reconocer los signos de violencia es vital para preservar, en algunas ocasiones, la vida. El maltrato no debe ser aceptado, de un lado ni del otro.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia infligida por la pareja es una de las formas más comunes de violencia contra la mujer e incluye maltrato físico, sexual o emocional y comportamientos controladores por un compañero íntimo.
La violencia infligida por la pareja, en general, se presenta en todos los entornos y grupos socioeconómicos, religiosos y culturales. La abrumadora carga mundial de violencia infligida por la pareja es sobrellevada por las mujeres.
Si bien las mujeres también pueden ser violentas en sus relaciones con los hombres, y a veces hay violencia entre parejas del mismo sexo, los agresores más comunes en la violencia contra la mujer son compañeros (o excompañeros) íntimos de sexo masculino.
La violencia en la pareja se refiere a cualquier comportamiento, dentro de una relación íntima, que cause o pueda causar daño físico, psíquico o sexual a los miembros de la relación. A continuación, se enumeran algunos ejemplos de acuerdo a la OMS:
- Agresiones físicas, por ejemplo, abofetear, golpear, patear o pegar
- Violencia sexual, por ejemplo, relaciones sexuales forzadas y otras formas de coacción sexual
- Maltrato emocional, por ejemplo, mediante insultos, denigración, humillación constante o intimidación (como al destruir objetos), amenazas de causar daño o de llevarse a los hijos
- Comportamientos controladores y dominantes, por ejemplo, aislar a una persona de sus familiares y amigos, vigilar sus movimientos y restringir su acceso a recursos financieros, empleo, educación o atención médica
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Un reporte del BID y Promundo en Brasil y Honduras explicó sobre las formas en las que los jóvenes de entre 15 y 24 años experimentan violencia en sus relaciones. El estudio encontró que, si bien muchos jóvenes tienden a reconocer en qué consiste la violencia física, pocos identifican otras formas de violencia como el sexo no consensuado, y normalizan los comportamientos controladores. Estos últimos ocurren de manera generalizada, a menudo son recíprocos y los interpretan como una forma de mostrar afecto.
Al respecto, la ciudad de Filadelfia a puesto a disposición del público una línea segura para conversar del tema. «Si usted o alguien que conoce está experimentando violencia en el noviazgo, envíe un mensaje de texto con LOVEIS al 22522 para conversar con un defensor de pares capacitado y comprensivo», pidió la ciudad.
Everyone deserves to feel safe in their relationship — regardless of their age.
If you or someone you know is experiencing dating violence, text LOVEIS to 22522 to chat with a caring and trained peer advocate. #TDVAM2022 pic.twitter.com/PtRXhmQEaZ
— City of Philadelphia (@PhiladelphiaGov) February 7, 2022
Este tipo de acciones suelen estar acompañadas de otras formas de violencia como la psicológica o verbal, y la OMS las señala como factores de riesgo a otras formas de violencia en la pareja, como la física y sexual. De acuerdo a esta organización, los tipos más comunes de comportamientos controladores que experimentan los jóvenes son aislarlos de sus amigos, restringir contacto con su familia, insistir en saber dónde están a cada momento, enojarse cuando hablan con alguien del sexo opuesto, sospechar regularmente que son infieles, o exigir que les pidan permiso para salir.