Un mesurado y selectivo poder de destrucción cayó desde el cielo en algunas zonas de la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria, bombardeo que busca diezmar a las células del Estado Islámico, que de acuerdo a la coalición internacional tiene mermados los espacios.
Sin embargo la acción militar es vista como una reacción a un ataque suicida ocurrido ayer en la ciudad de Manbech, en la provincia de Alepo, donde cuatro los soldados estadounidenses resultaron muertos y tres heridos. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el estallido dejó por lo menos 16 víctimas mortales.
Funcionarios sirios indicaron que la hostigación tuvo como objetivo zonas situadas al este del río Éufrates a su paso por Deir al Zur, según se sabe, los últimos territorios controlados por los yihadistas en Siria.
Asimismo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos detalló que las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), un grupo de milicias mayoritariamente kurdas y apoyado por la coalición internacional, están intentando hacerse con el control de una superficie de quince kilómetros cuadrados, la última área dominada por los combatientes del EI al este del Éufrates.
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Estos partes militares son parte de las postreras acciones en las que participarán efectivos militares de los Estados Unidos en el campo, debido a la decisión del presidente Donald Trump de retirar a sus tropas de esa zona del medio oriente.
A mediados de diciembre de 2018 Donald Trump dio por vencida la guerra contra el grupo Estado Islámico. La apreciación la realizó a través de su cuenta de Twitter, en la que recordó que derrotar al EI era el objetivo y única razón por la que Estados Unidos mantenía a sus tropas en Siria.
El ataque es el primero que tiene lugar desde que EE.UU. anunciara el pasado 19 de diciembre la retirada de sus tropas del norte de Siria y después de que el día 11 de enero comenzara el proceso de repliegue.