Los medios oficiales chinos informaron este miércoles 29 de mayo la posibilidad de que Pekín deje de exportar tierras raras a Estados Unidos como represalia por la guerra comercial, lo que privaría Washington de este conjunto de minerales esenciales para fabricar desde teléfonos hasta material militar.
La advertencia es el último capítulo en un conflicto que se intensificó desde que el presidente Donald Trump anunció nuevos aranceles y decidió poner al gigante chino de telecomunicaciones Huawei en su lista negra.
El miércoles Huawei anunció una acción ante la justicia estadounidense contra la legislación que prohíbe a las agencias federales usar sus productos en nombre de la seguridad.
La semana pasada se publicaron imágenes del presidente Xi Jinping visitando una fábrica de tierras raras en Ganzhou, en el centro de China, una indicación de su amenaza de poner fin a las exportaciones.
Las acciones de las compañías de tierras raras subían este miércoles en las bolsas de Shangái y Shenzhen, refiere un reporte de la agencia de noticias AFP.
Un responsable de la Comisión de Desarrollo Nacional y Reforma que planifica la economía china, también habló del asunto el martes sin aclarar la posición del Gobierno pero asegurando que la prioridad es “servir primero nuestras necesidades domésticas”.
“Al librar una guerra comercial contra China, Estados Unidos corre el riesgo de perder el suministro de materiales vitales para mantener su fortaleza tecnológica”, dijo la agencia oficial de noticias Xinhua en un comentario.
El periódico estatal Global Times advirtió por su parte en un editorial que “Estados Unidos lamentará haber forzado la mano a China en las tierras raras”.
“Creemos que si Estados Unidos suprime cada vez más el desarrollo de China, tarde o temprano China usará las tierras raras como arma”, dijo el periódico nacionalista.
Las tierras raras
China produce más del 95 % de las tierras raras del mundo y Estados Unidos depende de China para el 80% de sus importaciones.
Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos químicos indispensables para la fabricación desde teléfonos inteligentes a televisores, pasando por cámaras y bombillas.
China podría perjudicar a las compañías estadounidenses en una batalla más amplia para dominar el futuro de la alta tecnología.
Huawei llevó a los Estados Unidos ante los tribunales por una ley de defensa aprobada por el Congreso el año pasado que prohíbe a las agencias gubernamentales usar sus equipos.
La compañía se enfrenta también a una orden de la administración Trump que le impide acceder a componentes electrónicos estadounidenses esenciales para sus productos.
“El gobierno de Estados Unidos no ha proporcionado pruebas que demuestren que Huawei es una amenaza para la seguridad”, dijo a la prensa el responsable legal de Huawei, Song Liuping, rechazando el argumento de que sus equipos pueden servir a China para espiar a otros países.
No es la primera vez que acusan a China de usar las tierras raras como arma política. Fuentes de la industria japonesa explicaron que en 2010 China cortó temporalmente las exportaciones por una disputa territorial, lo que Pekín niega.