Al igual que la adolescencia, la maternidad es una etapa de neuroplasticidad en el cerebro, esto para favorecer a los procesos de adaptación después de la llegada de un bebé.
La maternidad es metamorfosis, son cambios constantes en la vida, pero también son cambios físicos. No solo el cuerpo se adapta a nivel cardiovascular, metabólico, renal o muscular, también hay modificaciones en el cerebro.
Varias investigaciones lo han demostrado. Se generan cambios profundos propiciados por las hormonas, que desencadenan un aumento de la neuroplasticidad, de hecho, recibe el nombre de matrescencia, término acuñado por la antropóloga Dana Raphael en los años setenta.
Un estudio publicado en la revista Nature Communications llamado «Mapping the effects of pregnancy on resting state brain activity, white matter microstructure, neural metabolite concentrations and grey matter architecture», mostró que la liberación de hormonas durante la gestación modifica la estructura cerebral de las embarazadas y las predispone a algunos comportamientos maternales.
«El embarazo conduce a cambios selectivos y robustos en la arquitectura neuronal y la organización de la red neuronal, que son más pronunciados en la red de modo predeterminado. Estos cambios neuronales se correlacionaron con las hormonas del embarazo, principalmente el estradiol del tercer trimestre», explicó el estudio.
¿Qué áreas se modifican?
Una de las zonas que cambia tienen que ver con el llamado circuito de recompensa, que involucra a la corteza prefrontal y otras secciones más pequeñas en el centro del cerebro. Estos cambios hacen que las mujeres se sientan muy motivadas a responder al llamado de sus bebés, y que sientan felicidad cuando sus pequeños sonríen.
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También hay modificaciones en las zonas cerebrales relacionadas con la regulación emocional, como la amígdala y la corteza cingulada anterior, que permiten a la madre regular su propia angustia ante el llanto del bebé.
En la corteza prefrontal se produce otro cambio que afecta la capacidad de aprender y tomar decisiones, y que ayuda a que la madre elija cuál es la respuesta más apropiada.
Por otra parte, se producen modificaciones en seis regiones diferentes relacionadas con la empatía, que ayudan a las madres a entender qué pueden estar sintiendo sus bebés. También cambian todas las zonas relacionadas a los sentidos, pues se realzan.
Baby Brain
También es conocido como «mommy brain» o «momnesia», es el nombre del fenómeno que supuestamente explica la pérdida de memoria y confusión mental que algunas mujeres experimentan durante el embarazo o en los meses posparto.
Investigaciones afirman que se trata de un fenómeno que afecta a un 80% de estas mujeres embarazadas y que está relacionado con la contracción de materia gris en ciertas zonas del cerebro, incluidas las regiones prefrontales y el hipocampo, claves para la memoria.
Una investigación realizada por los académicos Bridget Callaghan, Clare McCormack y Jodi Pawluski aseguró que hasta ahora se han ignorado las enormes facultades que las mujeres ganan en este período de sus vidas. «Es hora de cambiar la etiqueta de Baby Brain», es el nombre del estudio publicado por la revista JAMA.
Las conclusiones sugieren que el cerebro intenta reacomodar la materia gris para responder a las necesidades propias de la maternidad.