Carlos Giraldo es el presidente de Giraldo Real Estate Group y desde su trinchera ayuda a las personas a cumplir sus sueños: tener una vivienda propia. Para muchas familias latinas en Estados Unidos, el sueño de la casa representa la culminación de años de esfuerzo y sacrificio. Detrás de cada cierre de contrato, cada llave entregada y cada familia que se instala en su nuevo hogar, a menudo se encuentran profesionales dedicados cuya labor es fundamental. Giraldo siente una profunda conexión con sus raíces y un respeto admirable por su profesión.
Es un destacado profesional colombiano cuya influencia se extiende por toda el área metropolitana de Philadelphia. Su trabajo va más allá de las transacciones inmobiliarias; él facilita la realización de uno de los anhelos más profundos de las familias. Su dedicación ha sido clave para que innumerables familias transformen el sueño de la vivienda en una tangible realidad.
“Todos los inmigrantes que hemos comenzado en este país desde cero tenemos una historia, y hay que estar muy orgulloso de ella. Al final del día hay que empezar por algún lado”, afirmó Giraldo en la entrega de los Crystal Awards 2025 en medio del evento “Colombianos en el Exterior”, una celebración que forma parte de Latino Connection Series organizada por El Sol Latino Newspaper, que se llevó a cabo en el segundo piso de Los Tacos Lounge en Philadelphia.
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Lo que hoy es Giraldo Real Estate Group, un conglomerado inmobiliario que abarca desde la compraventa de propiedades hasta seguros, desarrollo, construcción y administración, es el resultado de más de dos décadas de trabajo constante y una visión clara, según relató su propio fundador.
Giraldo describió cómo su empresa ha logrado una notable integración vertical, una estrategia que le permite controlar cada faceta del proceso inmobiliario. Recordó con una mezcla de humor y nostalgia los humildes inicios de su trayectoria, una época en la que su día a día consistía en repartir directorios puerta a puerta, un testimonio de la perseverancia que lo define.
Retos y metas

“Mi historia es un poquito diferente, soy empresario (…) Son muchos sombreros, ha sido una integración vertical por 22 años que llevo en esta industria”, explicó.
Carlos llegó a los Estados Unidos a los 17 años y nunca pensó que se dedicaría al rubro que hoy lidera. Pero, el saber trabajar arduamente viene de familia. Su padre tenía un negocio de café en Aranzazu, Colombia, contaba con una finca de ganado, además compraba el grano a caficultores y los vendía a trilladoras. “Crecí en un ambiente de negocio”, dijo.
Sin embargo, llegar a un país distinto sin conocidos, sin experiencia, fue para Carlos un reto grande, sentimiento con el que se pueden sentir identificados millones de migrantes. “Al final del día, sea en Medellín, donde viví muchos años, o en Aranzazu, hay gente que lo conoce a uno o uno tiene relaciones. Llegar a una ciudad como Philadelphia, donde la comunidad latina no es tan grande, llegas y tienes una pequeña familia. Creo que es el reto más grande: abrir brecha. Llegar, establecerse y construir relaciones. Miro hacia atrás y agradezco todas las personas que he conocido en este camino. Es muy duro llegar nuevo a una ciudad”. Para Carlos llegar a tener relaciones con otros, es importante para crecer.
Por otro lado, y pese a tener una carrera próspera, cada uno de sus días está hecho para enfrentar situaciones o problemas, “todos los días cambia”.
“Hay puntos en mi carrera donde he sentido que he logrado cosas, pero sentir que he llegado a la cúspide de las metas, no. He aprendido. Creo que hemos madurado como empresarios también, porque una cosa es cuando tienes 20 o 21 años y estás comenzando un negocio y crees que simplemente es desearlo y levantarte al otro día y hacerlo. Pero cuando te metes ves que no es tan fácil”, resaltó. Pero aseguró que con el tiempo se aprende de esas situaciones, se transforman en más llevaderas.
Al mismo tiempo aseguró que Philadelphia es una ciudad con muchas oportunidades, pese a que también es un lugar con complicaciones socioeconómicas, “se que es una ciudad muy agradecida y me parece que tenemos mucho carácter”. Carlos alabó la arquitectura, su cultura y la catalogó como un foco económico para la región de gran importancia.
“El futuro uno lo construye todos los días, hay metas claras. Pero, a Philadelphia le hace falta liderazgo. La comunidad latina puede lograr grandes cosas. Fue un centro industrial muy grande, fuimos la cuna de la independencia, yo creo que hay mucho futuro”, expresó.
Balance familia y negocios

Cada persona tiene una forma de ver el mundo y le da importancia a lo que considera, esa es la visión de Carlos Giraldo. “Cuando uno toma la decisión de ser empresario, uno le da importancia a ciertas cosas por encima de otras. Allí es donde viene el juego de las pelotas en el aire, cada pelota es algo en tu vida. ¿Cómo haces para mantenerlas sin que se caigan? Personalmente, me enfoqué mucho en sacar la empresa adelante porque lo demandaba. Mi concepto de familia puede redefinirse, no creo que sea de una sola manera. Tuve una pareja y no veíamos en la misma dirección”, contó.
De esta manera, Carlos construyó familia con sus hijos, por eso tiene diferentes variaciones el concepto. “Si miro hacia atrás no cambiaría nada. Tengo relaciones con las personas que me importan y relaciones muy saludables. No ha sido fácil, nada de lo que vale la pena es fácil. La vida en general te exige un costo por algo”, le contó al público presente.
Carlos se siente orgulloso de ser latino. No olvida de dónde viene, pero está muy consciente del lugar a donde quiere llegar. Forma parte de una comunidad que tiene oportunidades y muchos planes por delante. Llama a la unión, al liderazgo para poder crear un grupo más fuerte que sea capaz de generar un cambio real en un país como Estados Unidos.